Dom 24.06.2012
turismo

RIO NEGRO. BARILOCHE A PURA AVENTURA

Dentro y fuera de pista

Una nueva temporada invernal comienza en Bariloche al ritmo de las esperadas nevadas. Esquí, aventuras para todos y un circuito de cerveza artesanal para disfrutar de las bajas temperaturas en la “Capital de los Lagos del Sur”, que se puede explorar a caballo, desde los árboles y por supuesto con los esquíes bien calzados.

› Por Guido Piotrkowski

Hace pocas semanas, Bariloche fue declarada por ley Capital Nacional del Turismo Aventura. Sin duda, ya lo era en forma no oficial: la ciudad rionegrina ostenta una larga trayectoria en el fomento y la práctica de los deportes de aventura, y es el destino que cuenta con la mayor cantidad de prestadores de servicio de turismo activo del país. Del trekking veraniego al esquí invernal, pasando por una gran variedad de actividades aptas para practicar durante todo el año, aun con bajas temperaturas. Sólo es necesario abrigarse. Cabalgatas, kayak, flotadas, en el río, canopy, parapente, mountain bike, paseos en veleros y más.

“La aventura es para todos”, pregonan desde la Asociación de Turismo Activo de la Patagonia (ATAP). “Y la aventura adaptada no tiene nada que ver con el turismo extremo. Cada persona que venga puede experimentarla. En una hora a la redonda tenés todo”, coinciden sus miembros ante TurismoI12, reunidos en el cálido salón del Hotel Villa Huinid, a la altura del kilómetro 2 de la avenida Bustillo, con vista privilegiada hacia el Nahuel Huapi y muy cerca del tradicional Centro Cívico.

A punto de comenzar una nueva temporada de invierno que haga olvidar las penurias sufridas un año atrás por la erupción del volcán Puyehue, la ciudad que más turistas recibe en la Patagonia se prepara, una vez más, para sorprender con un amplio abanico de alternativas, desde la punta del cerro a la estepa.

Claudio Rocatagliatta, responsable del Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur), recuerda a TurismoI12 cómo fue la reacción de la población y cuenta cómo se prepara la ciudad de cara al invierno: “Bariloche se recuperó de una gran crisis en un tiempo sorprendentemente rápido. Ni el más optimista habría imaginado, hace un año, que a esta altura ya estaría lista para tener una temporada de invierno exitosa”. Rocatagliatta asegura que se invirtió “mucho tiempo” en la planificación de “estrategias adecuadas”. “Se trabajó mucho para recuperar el mercado nacional y nuestros principales mercados regionales: Brasil y Chile. También se aprovechó para rediseñar políticas de promoción en mercados de mucha importancia para la ciudad, como el latinoamericano. Todo fue posible gracias a una rápida articulación de esfuerzos entre los sectores públicos, nacional, provincial y municipal, y el sector privado.”

Fue la comunidad –destaca– la que tomó la iniciativa en la limpieza de la ciudad “inmediatamente”: “Esa masiva movilización permitió una articulación de responsabilidades y trabajo que tuvieron sus frutos a corto plazo. Y la renovación del aeropuerto permitió que desde enero no cerrara una sola vez. Hoy, los vuelos son absolutamente normales”.

Ya hay confirmados más de 120 charters desde Brasil. “Eso motiva. Los vuelos de cabotaje a Buenos Aires serán más de los que existían antes del volcán, y Bariloche será cabecera de vuelos que conectarán a todo el país. Esperamos que la temporada sea buena, y que nuestros vecinos tengan trabajo. Bariloche será una fiesta este invierno, y el volcán, solamente el recuerdo para una ciudad que se puso de pie”.

Cabalgatas para atravesar ríos y bosques, trepar montañas y ver pinturas rupestres.

ABRIGADOS PARA LA AVENTURA En la “Capital de los Lagos del Sur”, cuando llega el invierno y el paisaje se tiñe de blanco, no hay que acobardarse para salir a la aventura. Sólo se trata de usar la ropa adecuada y animarse a disfrutar de esos preciosos días de sol invernales, ya sea en el agua, en tierra o en el aire.

Entre las actividades acuáticas, una buena propuesta resultan las flotadas en el río Limay. Partiendo desde Bariloche hacia el este, viajando de espaldas a la cordillera, se descubre la estepa infinita, un bellísimo paisaje con cerros bajos y ondulados. Andando por la ruta 40 y bordeando el Limay, se llega al Mangrullo, el lugar indicado para el embarque. Allí, luego de una charla explicativa, se inicia el recorrido a bordo de las balsas: la navegación dura aproximadamente una hora, entre impresionantes formaciones rocosas de origen volcánico. En la travesía se pueden ver muchas aves y otros animales que habitan en la ribera, como guanacos y ciervos.

Hacia el final de la travesía, la cálida hospitalidad patagónica se hace presente en el Mangrullo, un confortable refugio a orillas del río ideado para el relax postaventurero. Si la excursión se hace por la mañana, se puede disfrutar luego de un sabroso asado patagónico, o un reconfortante chocolate con tortas fritas y tartas dulces si es a la hora del té.

Andar a caballo es otra alternativa entretenida para recorrer parajes diversos de esta geografía, una forma de llegar a ciertos sitios inaccesibles a pie, en bicicleta o automóvil. La cabalgata es una actividad que puede realizar toda la familia, un clásico del turismo aventura. Así se pueden descubrir magníficas cascadas, atravesar ríos y bosques, trepar montañas y ver pinturas rupestres. Mientras tanto se aprende, casi sin darse cuenta, sobre la flora y fauna autóctonas. Sólo es necesario agudizar los sentidos y contemplar, a paso lento, al trote o al galope.

El complejo Los Baqueanos, a la altura del kilómetro 8 de la avenida Bustillo, en las inmediaciones del lago Gutiérrez, ofrece diversas actividades de turismo aventura, desde cabalgatas de medio día hasta trekkings, mountain bike o salidas en kayak.

La cabalgata a la Cascada y el Mallín arranca tempranito, con un buen chocolate caliente al calor del hogar a leña. Enseguida, los jinetes se internan en un bosque de cipreses y coihues rodeado de montañas. Luego de atravesar un arroyo, el paseo continúa por una zona de pampa hasta llegar a un mirador con una magnífica vista del paisaje, para luego emprender el regreso por la costa del lago.

La Cabalgata Baqueanos se realiza por la tarde y se inicia costeando la margen del Gutiérrez, para continuar ascendiendo por la ladera sur del cerro Catedral hasta un mirador donde se aprecian el lago y las montañas que lo circundan. Durante el invierno se pueden ver cascadas de hielo que se forman por las bajas temperaturas y la poca exposición de esas paredes al sol. El paseo continúa atravesando un bosque de cipreses y coihues, hasta llegar a una zona de pinturas rupestres de alrededor de 500 años de antigüedad. A la vuelta, una tabla con productos regionales sorprende a los jinetes que se arriman al fuego para compartir un vino caliente, mientras el parrillero prepara un suculento asado criollo.

Por su parte, el canopy es un circuito de tirolesas montado entre árboles, en el bosque o en la selva. Aquí está armado en el encantador bosque del cerro López y lo pueden practicar los niños de ocho años en adelante y los adultos. La actividad comienza en el Refugio Bar con una instrucción a cargo de los guías, quienes utilizan un cable instalado a dos metros del suelo para demostrar las técnicas básicas de deslizamiento y seguridad. Enseguida se colocan los arneses y se asciende el cerro en camionetas doble tracción hasta el refugio ubicado en lo alto. Este circuito tiene diez estructuras de madera montadas alrededor de los árboles, con cables de acero de hasta 250 metros de distancia entre las diferentes postas. La plataforma más elevada está a 20 metros del suelo. Se coloca una manopla de cuero en la mano más hábil, que se apoya sobre el cable formando una especie de gancho. Así, ejerciendo una presión suave, se regula la velocidad, que en este circuito puede alcanzar unos 50 kilómetros por hora.

Sólo resta tomar aire, coraje, lanzarse, dejarse llevar y disfrutar. Desde una plataforma a la otra, la distancia entre los árboles va en aumento. El vuelo se acelera, y las vistas se vuelvan cada vez más espectaculares. Así, se aprecian increíbles panorámicas del Nahuel Huapi y el lago Moreno, el Llao-Llao y los cerros Campanario y el Millaqueo.

Terrain Park es un área acondicionada para piruetas y saltos de expertos y novatos.

CUNA DEL ESQUI Con 38 medios de elevación, 1200 hectáreas y 53 pistas de diferentes niveles, el cerro Catedral es el mayor centro de esquí del país. Son 120 kilómetros de pistas y caminos que atraviesan las más variadas geografías: bosques, senderos, pendientes, y zonas fuera de pista.

Su historia comenzó allá por 1936, cuando las autoridades de Parques Nacionales contrataron al campeón e instructor suizo de esquí Hans Nöbl para que estudiara la posibilidad de implantar un centro de deportes invernales en Bariloche. Luego de considerar diversas alternativas, se decidió establecer las pistas en el faldeo noroeste del cerro Catedral. En 1938 se trazó el camino y un año después comenzaron los trabajos para las estaciones inferior y superior del futuro Cable Carril, aunque el medio no funcionaría hasta 1949, debido a que la Segunda Guerra Mundial interrumpió su fabricación. En 1942 se inauguró el refugio construido en el filo del cerro, que se denominó Antonio Lynch. Dos años después abriría el Hotel Catedral, y ese mismo año el Club Andino Bariloche habilitó sus refugios. Por entonces había dos locales dedicados al alquiler de botas, esquíes y trineos en el cerro, mientras en la base funcionaban un restaurante y una confitería.

Este año un nuevo concesionario acaba de hacerse cargo de la explotación del cerro. Se colocó un nuevo sistema de prevención de avalanchas llamado Avalauncheur, se hicieron mejoras en la señalización de las pistas y se trabajó para optimizar su apertura con menor cantidad de nieve. Asimismo, se estableció un nuevo sistema de señalización en la base y en medios de elevación.

El Terrain Park es un área especialmente acondicionada para practicar trucos y saltos adaptados, sea para principiantes, intermedios o avanzados, que en esta temporada viene con nuevos obstáculos. Los padres de pequeños de entre 3 y 11 años pueden dejarlos en el Kids Club mientras esquían, bajo la asistencia de profesores de educación física y maestras jardineras, en tanto hay también una guardería para bebés.

Aquellos que no esquíen, pero quieran divertirse en la nieve, pueden optar por la Pista de Trineos, un amplio recorrido con pendientes y curvas, o el Snow Tubing, para deslizarse sobre inflables multicolores en una pista que combina adrenalina y diversión.

En Catedral las opciones no se agotan. Además de esquiar se pueden hacer caminatas con raquetas de nieve por el bosque, hay una pista de esquí nórdico, snowbikes (bicicletas de nieve) y paseos en motos de nieve por caminos y senderos con árboles centenarios. Tan centenarios como la aventura misma, que en Bariloche –la ciudad que se puso de pie– ofrece alternativas para todos los gustos.

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