Domingo, 31 de agosto de 2014 | Hoy
ITALIA EL BIMILENARIO DE AUGUSTO
Roma conmemora en estos días los dos mil años de la muerte de Augusto, el 19 de agosto del año 14 d.C., con un gran calendario de actividades en toda la ciudad. Un viaje en el tiempo a través de nuevas aperturas, itinerarios renovados y exposiciones extraordinarias en torno de la figura del primer emperador romano.
Por Graciela Cutuli
Fue el primer emperador, y también el que tuvo un mandato más prolongado rigiendo los destinos de la Ciudad Eterna. Fue el heredero de Julio César, y quien impuso la Pax Romana a una Europa conquistada por las armas y por la lengua. Cayo Octavio Turino, o Cayo Julio César Octaviano, o simplemente Augusto, dominó más de tres décadas el imperio más poderoso de su tiempo y forjó los destinos de Roma con una huella que dura hasta la actualidad. Y Roma, dos mil años más tarde, festeja su bimilenario con un calendario excepcional que incluye exposiciones, publicaciones, itinerarios turísticos especiales y restauraciones patrimoniales, entre muchas otras iniciativas que tienen corazón en el Palatino, el lugar “augusto” por excelencia, allí donde el futuro emperador nació y eligió ubicar su residencia. Así lo consagró como el barrio imperial de Roma, donde fijaron morada también sus sucesores y aún hoy se pueden ver los restos de la vida cotidiana entre las clases más acomodadas de su tiempo.
LA CASA DE AUGUSTO A partir del 18 de septiembre, los visitantes de Roma podrán iniciar su cuenta regresiva en el tiempo desde el Museo Palatino, totalmente renovado. Situado frente al Coliseo, a un costado del Foro, se dice que aquí fueron amamantados Rómulo y Remo por la mítica loba. El Museo, no muy grande, exhibe una hermosa colección de los mosaicos y frescos hallados en las excavaciones del lugar, que como tantas otras de Roma todavía siguen su curso. Muy cerca se abrirán para el aniversario nuevas salas de la Domus de Augusto, en particular la Sala de las Perspectivas y el pequeño estudio del emperador en el primer piso, y la Casa de Livia, su tercera esposa. Unos días más tarde, el 1º de octubre, reabrirá en el Foro Romano un antiguo recorrido existente por la cloaca del Vico Iugario a través de la basílica Julia y se podrá visitar, reorganizado, el Antiquarium de la Villa de Livia en Prima Porta (en este caso la inauguración será el 12 de septiembre).
Además de la apertura y visita de monumentos, a partir del 17 de septiembre expertos de todo el mundo se darán cita en el Palacio Altemps –donde funciona el Museo Nacional Romano– para un simposio que pondrá el broche final al gran programa de intervenciones arqueológicas organizado, en ocasión del bimilenario, en el Palatino y el Foro Romano. Para algunos historiadores modernos, Augusto representa de algún modo al hombre que tuvo primero la idea de Europa, y por lo tanto resulta ideal homenajearlo en el momento en que Italia comienza su semestre rotativo de presidencia de la Unión Europea.
El público, por su parte, está respondiendo a las iniciativas con entusiasmo: la iluminación del Ara Pacis diseñada especialmente para el pasado 19 de agosto, la fecha precisa de conmemoración de los dos mil años de la muerte de Augusto, convocó a tanta gente que tuvo que ser extendida hasta el próximo 7 de septiembre. El Ara Pacis fue erigido originalmente sobre el Campo de Marte, como altar y monumento dedicado a los triunfos de Augusto en Francia y España, que darían comienzo a la prolongada pax romana. Gracias a técnicas de proyección digital, los viejos colores desvaídos –recuperados mediante un minucioso trabajo de laboratorio e investigación de la pintura romana– recobraron vida y el monumento entero se mostró virtualmente con su policromía original. Entre otras, algunas escenas representan la escena de la loba que amamanta a Rómulo y Remo, o el Sacrificio de Eneas, en el origen de la leyenda de fundación de Roma.
El Museo del Ara Pacis, además, exhibe la muestra El arte del mando. La herencia de Augusto, con doce secciones articuladas en temas y épocas históricas diferentes, que ilustran de qué manera emperadores como Carlomagno, Federico II, Carlos V o Napoleón reinterpretaron el “arte del mando” de Augusto a veces con fórmulas muy cercanas –cuando no idénticas– a las de su ilustre antecesor.
TERMAS Y BASILICAS Las Termas de Diocleciano, el impresionante complejo de baños públicos que podía albergar hasta a 3000 personas, también forman parte de las celebraciones. En este caso, fueron restaurados el frente de la piscina, o natatio, y las estructuras sobre las cuales con el advenimiento del cristianismo se construyó la basílica Santa María de los Angeles y los Mártires, diseñada por Miguel Angel en 1562. Los sectores restaurados serán mostrados al público a partir del 24 de septiembre, y en el pequeño claustro de Santa María se podrá contemplar una cuidada reconstrucción de los antiguos cultos refundados gracias a la política religiosa de Augusto.
Por si hiciera falta algo más para probar que Roma es el lugar donde estar a partir del mes próximo, se restauró también el Mausoleo de Cecilia Metella, uno de los monumentos más célebres de la Via Appia Antigua que se construyó, según las estimaciones, en la segunda mitad del siglo I a.C., de modo que fue pleno testigo de la gloria augusta. Sin embargo, “el” mausoleo de estas celebraciones, aquel consagrado a Augusto, permanece cerrado, porque espera ser sometido a una serie de imprescindibles restauraciones. También esta construcción es circular, como la de Cecilia Metella, y ocupaba originalmente una parte del área norte del Campo de Marte. Aquí fue sepultado el emperador, en el año 14 d.C., además de algunos sucesores y figuras relacionadas con el mundo imperial: sin embargo, después de haber sido desde plaza de toros hasta fortaleza medieval, hoy no se encuentra en buen estado y se está poniendo en marcha un proyecto de restauración del edificio mismo y las zonas adyacentes.
Las iniciativas del bimilenario no terminan allí: a partir del 24 de septiembre abrirá en los Mercados de Trajano (Foros Imperiales) la exposición “Las claves de Roma. La ciudad de Augusto”, una exposición organizada por V-Must, la mayor red de excelencia europea sobre museos virtuales. El mayor atractivo será la posibilidad de “caminar” la Roma de Augusto, descubriendo el aporte innovador del emperador a la arquitectura de la ciudad.
Más allá de Roma, toda Italia tiene lugares donde celebrar el bimilenario, considerando que en sus años de gobierno Augusto impulsó obras públicas en muchos rincones de su amplio imperio. En Aosta, noroeste de Italia, se ven aún las huellas de la Augusta Praetoria Salassorum, que custodiaba los nudos viales de los valles alpinos, y existe el Arco de Augusto edificado en el año 25 a.C. para celebrar una victoria romana. En Milán se levantaba el Teatro Romano, con capacidad para unos 8000 espectadores, cuyos restos hoy se pueden visitar. En Brescia el Foro Romano de la antigua Brixia, reorganizado en la era de Augusto, conserva los principales edificios públicos de la época romana en el norte de Italia, incluyendo un teatro, una basílica y casas. En Rávena el Museo Nacional custodia numerosos hallazgos de la época del emperador, y sobre todo un célebre bajorrelieve que lo representa, procedente de un altar monumental semejante al Ara Pacis. En Rímini, el Arco de Augusto –que marca el fin de la Via Flaminia– es el arco romano más antiguo legado hasta la actualidad, y en L’Aquila quedan restos del teatro y el acueducto de la era augusta. Los lugares y restos son muchos más, pero al menos no hay que perderse, para terminar, el área arqueológica de Neápolis en Siracusa (Sicilia), que conserva los restos de un Arco de Augusto junto al Anfiteatro de la primera edad imperial romanaz
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