ARGENTINA. LAS RUTAS Y EL ORIGEN DE SUS NOMBRES
En un país tan extenso como la Argentina, las rutas son un eje esencial de comunicación. Muchas veces se las conoce sólo por su número o su nombre abreviado, pero de norte a sur cuentan muchas más historias a medida que enlazan localidades de la montaña al mar y del Noroeste a la Patagonia.
› Por Sonia Renison
En general, de ellas no se habla: son “apenas” un enlace de pueblo a pueblo, de ciudad a ciudad. Un enlace que lleva un número, y a veces un nombre que no siempre se sabe a quién corresponde. No es raro que hagan hablar de sí mismas sólo cuando se vuelven objeto de polémica, como ocurrió en los últimos tiempos con la RN 40, que entra a 2015 con ochenta años y un buen debate, a raíz del proyecto legislativo que apunta a ponerle nombre: Presidente Néstor Kirchner.
Un nombre que resumiría más de 5200 kilómetros desde Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, hasta La Quiaca, en Jujuy, atravesando once provincias, 206 pueblos y parajes, tres regiones. 236 puentes, 18 ríos, 13 grandes lagos y salares. Un nombre para sumar a una ruta que nació como Camino Nacional y tiene ya varios apodos, como “Columna Vertebral de la Argentina”, la “Mística Ruta 40” o la “Mágica Ruta 40”, tal como le puso Federico Kirbus, el periodista que del automovilismo pasó a ser un experto en este camino que une casi la mitad del país.
NOMBRES Y NúMEROS Pasiones aparte, la sencillez con la que en 1935 se determinó, desde la Dirección Nacional de Vialidad, el ordenamiento numérico de las rutas nacionales, despierta en los más curiosos la necesidad de mirar en otros caminos.
El primer día de este nuevo año, es probable que nadie en los 2000 vehículos por hora que recorrían la Autovía 2 para llegar a las playas de la Costa Atlántica se haya preguntado el porqué de la denominación Juan Manuel Fangio de esta ruta provincial. Probablemente pocos supieran también que ése es su nombre (desde una ley provincial de noviembre de 2002), aunque muchos más parecen querer emularlo a la hora de pisar el acelerador en la ruta. Muy lejos de aquellos tiempos de principios del siglo XX, cuando el Touring Club abrió el primer camino de tierra Buenos Aires-Mar del Plata, que se recorría en aproximadamente dos días.
Pero las rutas argentinas exhiben muchas más rarezas que la asociación entre Fangio y la Ruta 2. Basta recordar que desde Villa Mercedes (San Luis) hasta Victorica (La Pampa) se transita por la RN 148, que se llama Ruta Del Desierto Coronel Racedo. Quienes buceen en la historia sabrán que el coronel en cuestión fue quien encabezó la peor batalla contra los indios ranqueles. Como detalle macabro, en 1879 Racedo profanó la tumba del cacique Panghitruz Güor (Mariano Rosas) y se llevó el cráneo, que envió a Estanislao Zeballos (quien lo entregó al Museo de Ciencias Naturales de La Plata, donde quedó inventariado con el número 292). Este nombre fue puesto por el decreto 2205/79, es decir durante la última dictadura.
Una rápida mirada al listado de cada ruta nacional en el sitio oficial de la Dirección Nacional de Vialidad permite situar cada una de ellas con su número y nombre. Y también descubrir otras curiosidades histórico-numéricas: por ejemplo, que Córdoba y San Juan están unidas por la carretera Domingo Faustino Sarmiento (año 1956), que es la Ruta 20. Y que en el conurbano norte, cada mañana en días hábiles los conductores deben lidiar con el tránsito vehicular de la General Paz... en realidad designada como Ruta AU001 (año 1981). Asimismo, desde San Nicolás (provincia de Buenos Aires) hasta Rosario (Santa Fe) todos van por la Autopista Eugenio Aramburu (decreto de 1981), y en el Litoral norte –entre las capitales de Corrientes y Misiones– se circula por la Carretera John F. Kennedy (1964).
Así las cosas, el país entero, en su distribución radial de rutas, ofrece nombres para todos los gustos: General San Martín, Comandante Luis Piedrabuena, Juan de Garay, General Martín Miguel de Güemes, Gordillo, Lemos, Posse, Docentes Argentinos (en Formosa la RN86) y la Buenos Aires-La Plata, que de nombre de pila lleva Dr. Ricardo Balbín (por un decreto de 2004). Pero la más romántica es probablemente la Ruta Azul, el nombre con que se designa al tramo de la RN 3 entre Camarones y Monte León, por el color del mar que va bordeando en la costa patagónica.
MíSTICA Y MáGICA 40 La Ruta 40, entre tanto, fue rediseñada para no marginar a su paso algunas importantes localidades turísticas y no es nueva en debates por el nombre. En 2006 –recuerda el blog Blucasendel de Wenceslao Bottaro– se presentó un proyecto para ponerle el nombre de Germán Sopeña, del diario La Nación y autor de varios libros sobre la Patagonia, muerto en un accidente aéreo junto con el entonces titular de Parques Nacionales, José Luis Fonrouge. Además hay un tramo de la 40 que se llama Juan Marcos Herman (decreto de 2003), en homenaje al único desaparecido de Bariloche. Nombres al margen, su número sigue siendo la referencia original cuando en auto, camioneta o bicicleta –y hasta caminando por los senderos que ofrece la propuesta de Huella Andina para caminar entre la Ruta 40 y la cordillera en Chubut, Río Negro y Neuquén– llega el momento de desandar sus kilómetros y sus multiformes paisajes, a lo largo de al menos tres regiones, once provincias y 206 pueblos.
POR QUÉ NUMEROS En 1936, la Dirección Nacional de Vialidad aprobó el Sistema de Numeración de los Caminos Nacionales en mérito a que el Artículo 35 de la Ley 11.658 determinaba su incumbencia en la numeración de las rutas.
Se decidió así que por razones de sencillez y brevedad se emplearían números naturales únicamente, sin agregado de letras ni de otras indicaciones. Los números servirían, asimismo, para designar el camino y a la vez itinerarios, es decir rumbos o corrientes de tránsito comercial de turismo, o de vinculación política o social. Se decidió además que una misma Ruta Nacional no cambiaría de nombre al pasar de una provincia a otra. Se destinaron los números más bajos, de 1 a 50 –y en esto entran tanto la 40 como otra ruta mítica argentina, la RN 3, que va desde Buenos Aires hacia el sur y termina en Tierra del Fuego– para numerar los caminos que constituyen los grandes itinerarios y unen entre sí las capitales de provincia (esto incluye la RN 7 a Mendoza, la RN 9 a Córdoba, las RN 12 y 14 que recorren ambas márgenes de la provincia de Entre Ríos).
Tomando como centro la Capital Federal, se decidió también adoptar el sistema radial para la asignación de los 14 primeros números, girando en el sentido de las agujas del reloj y dando el número 1 al camino que une la capital de la República con La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
A partir del número 15 hasta el 31 se numeraron los grandes itinerarios que corren de este a oeste, comenzando por el más septentrional de ellos. Y a partir del número 32, y hasta el 40, se numeraron los grandes itinerarios que corren de norte a sur, comenzando por el más oriental de ellos. En previsión de futuras rutas, se reservaron diez números más. Y finalmente, del 51 al 300 fue la numeración elegida para los caminos regionales, en las distintas zonas del país.
Más información: www.turismo.gov.ar www.vialidadnacional.gob.ar
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