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La Plata ya no se limita a ser la ciudad de las diagonales, la capital provincial, el escenario del eterno duelo futbolístico entre lobos y pinchas, la urbe de las calles numeradas o el vórtice donde convergen estudiantes de todo el país. Crece, evoluciona y si bien estas características le siguen siendo propias y aún la acompañan, nuevas posibilidades surgen como atractivo que invita a los visitantes: la gastronomía es uno de los ejemplos. Y de ello hablamos con el periodista Manuel Domínguez, uno de los creadores del festival Picurba-Picnic Urbano, una movida que reunió a miles de personas en tres ediciones con epicentro en City Bell. Manuel también es uno de los guías en el tour que realizamos por esta urbe soñada por Dardo Rocha, que desde su fundación en 1882 conserva su perfecto trazado y por ello busca ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, ya que es una de las pocas ciudades del mundo proyectada antes de construirse.

Nuestro guía, que también es economista, habla de La Plata como el incipiente destino gastronómico en el que se está convirtiendo: además de los espacios culinarios que asoman cada vez más en sus calles, es una de las tres principales plazas productoras de ciertos alimentos –tomate, huevo, alcauciles– y el cordón frutihortícola del cual forma parte abastece regularmente a muchos restaurantes porteños.

De La Plata es oriundo también el reputado Mauro Colagreco (39), el chef argento más premiado internacionalmente; formado en Francia con grandísimos profesionales como Bernard Loiseau, Alain Passard y Alain Ducasse y con experiencia en las prestigiosas cocinas del Lycée Hôtelier en La Rochelle, del Côte d’Or, del Arpege, del hotel Plaza Athenée y en el Grand Véfour, allí abrió su propio restaurante llamado Mirazur y con él no sólo cosechó dos estrellas Michelin sino que hace más de cinco años que figura en el ranking de los Mejores Restaurantes del Mundo de la influyente revista inglesa Restaurant. La noticia más reciente la vemos con nuestros propios ojos al pasar por la esquina de 50 y 4, donde Colagreco abrió hace muy poco el restaurante Carne junto a su gran amigo Gonzalo Benavides, cocinero y parte del equipo de Mirazur. Pero la vueltita de tuerca de esta historia es que el local no es un restaurante tradicional: se trata de una auténtica hamburguesería gourmet, nacida según su creador “de la voluntad de volver con todo aquello que estuve aprendiendo todos estos años afuera y traerlo en forma de agradecimiento a La Plata. Traer la alta cocina hacia un producto sencillo, accesible a todo el mundo; eso es Carne”. La carne que se usa en el restaurante es de ternera alimentada con pasto, el pan es artesanal, los huevos de gallinas de campo y los vegetales que acompañan las burgers son orgánicos; como si fuera poco, “estamos desarrollando recetas de ketchup desde Francia que vamos a aplicar acá con los tomates platenses”, agrega Colagreco. Pueden pasar a visitarlo de lunes a sábado de 11.30 a medianoche y vivir la experiencia... en carne propia, claro.

TRES ESQUINAS Y UNA DIAGONAL El paseo nos lleva por los puntos de interés locales y los restaurantes del grupo A Punto, creado por los hermanos Leuzzi, que desde sus inicios busca desarrollar y gestionar emprendimientos gastronómicos. La primera parada es en un conjunto de esquinas sitas sobre la Diagonal 74 (que desemboca en la Plaza Moreno, frente a la cual están la famosa Catedral y la Municipalidad platenses), un verdadero minipolo gastronómico ya que concentra tres exitosos locales. Uno de ellos es La Trattoria Cucina Caffé, que en su ambiente de urbana y clásica elegancia ofrece tentadoras pizzas y pastas; también posee sucursales en Avellaneda, Gonnet y la patagónica Villa La Angostura. Cruzando la calle, ahí nomás, reside Runnie’s, lugar más distendido y muy frecuentado por abogados y jueces (los Tribunales no quedan muy lejos), donde el chef Lucas “el paisa” Rodríguez se luce con unas sensacionales ribs (costillitas), bondiola y ensalada Caesar de estilo propio. Estas propuestas son la marca registrada del local al igual que la panadería, entre otras exquisiteces. Es un lugar ideal para distenderse y, por la tarde, aprovechar el happy hour con cervezas de primer nivel, muchas de ellas artesanales, amén de una excelente cava y muy buenos cócteles.

La carta que completa esta pierna de ases gourmet es la deslumbrante boulangerie Masse, es decir una panadería con estilo francés comandada por el ubicuo chef Leandro Barroso. Con heladería y venta de productos propios en la planta baja (dulces, masitas, mermeladas, pan dulce, aceites), la alta es muy agradable e invita tanto al relax como a la charla amable. Y por supuesto a la degustación de incomparable patisserie con croissants, pains au chocolat, macarons, éclairs, madeleines, mignardises y todo lo que la imaginación en tono azul, blanco y rojo pueda alcanzar. Ni hablar del pan, hecho con masa madre, que roza la perfección. Sirven el café (muy bien preparado) en tazones sin asa y tienen –maravilla de maravilla– azúcar en terrones. Los jugos naturales son frescos y gustosos y, si se desea cenar, hay sabrosos sándwiches, tartines, ensaladas y pastas. La cercanía del soberbio Teatro Argentino (Avenida 51 entre 9 y 10), reinaugurado en 1999, es una opción válida para complementar los placeres líricos con los culinarios en este lugar de delicias… o viceversa.

POR QUIEN DOBLA LA CAMPANA En el paso por la ciudad podemos observar la imponente Catedral, con su torre de 112 metros (una de las más altas de América) y su estilo gótico inspirado en su par de Colonia, Alemania. Arribamos luego a la esquina de 5 y Avenida 51, donde Foodie abrió recientemente una imponente sucursal que ocupa toda una esquina. Poco después partimos hacia la original en City Bell, cuyas calles con chalets, negocios abiertos y mucho verde relucen y se ven alegres bajo el sol; en una esquina, precedido por un largo deck de madera, se encuentra este agradable espacio con decoración vintage/vanguardista de altas estanterías, objetos de otras eras (hay una Vespa), mesas largas y mucha madera, con camareros de amable trato y pensado para quienes realmente se interesan y disfrutan aquello que comen.

Con aires ingleses y un complemento del nombre que lo delata, Special Burger, las hamburguesas de preparación artesanal reinan soberanas en suculentas y robustas versiones gourmet que harán las delicias de tirios y troyanos, sin olvidar otros manjares de la carta. También hay una excelente panadería y un almacén con todo tipo de productos. No muy lejos de la inefable Ciudad de los Niños, este espacio es ideal para visitar en familia y aprovechar la cercanía.

Finalizamos el recorrido en Los Fuegos, a sólo dos cuadras, en una casona rediseñada de confortable interior y colorido jardín: aquí la apuesta sube y los platos de autor del chef Cristian Iglesias Lamadrid -con experiencia en El Cellar de Can Roca, donde utiliza una cocina de hierro fundido (caracterizada por los sabores que realza y las texturas crocantes que arroja)- cautivan sin remedio… La Plata propone y la voluntad propia dispone: visitarla y conocer sus tesoros –históricos, naturales, humanos, arquitectónicos y ahora también gastronómicos- es una aventura que promete nutrir no sólo las almas, sino también los paladares.