Estancias de Santa Cruz, Patagonia, es la primera asociación de estancias que surgió en el país, conformada por los mismos propietarios de estos establecimientos, con una sede propia en Buenos Aires, en donde se brinda el asesoramiento necesario para emprender un viaje de este tipo. Está conformada por establecimientos de la Patagonia austral, principalmente de Santa Cruz y Tierra del Fuego. La instalación de hosterías en fincas rurales favoreció para ampliar el panorama.
La génesis de las estancias se remonta a principios del siglo pasado, cuando se fueron estableciendo los primeros colonos provenientes principalmente de Malvinas y Chile. En esos tiempos, en donde obviamente no se contaba con los medios de transportes adecuados para circular por esos caminos, las estancias conformaban unos pequeños poblados, en donde los primeros exploradores, o quienes viajaban por necesidad, podían realizar una “escala” obligada, y acceder a ser atendidos con una cordialidad y atención, que permanece en estos días.
Actualmente, aún estamos a tiempo de tener la oportunidad de sentir esa misma Patagonia, ya que por razones ajenas a la voluntad de los hombres, estas tierras se conservan como uno de los rincones menos poblados y contaminados del planeta.
Como anécdota, esta misma esencia que se describe fue clave hace dos años en el momento de declarar Patrimonio Mundial de la Humanidad al sitio arqueológico Cueva de las Manos, ya que cuando llegó la delegación de la Unesco les resultó difícil de creer lo que veían sus propios ojos: al mismo tiempo que observaban una pintura rupestre de miles de años con escenas de caza de guanacos, estaban en ese mismo instante observando a estos animales que rondaban frente a ellos, es decir estaban contemplando el mismo panorama.
Esta parte austral de la Patagonia constituye una región sorprendente donde la naturaleza aún es virgen, donde cuando uno la camina va atesorando diversas emociones, dejándose llevar por la impresión de ser el primer ser viviente de pisar por ese suelo, y hasta a veces puede ser la realidad.
Una de las particularidades principales de estos establecimientos rurales es su lejanía de los centros poblados en contraste a la cercanía que tienen a atractivos naturales, que lo constituyen como únicas bases para realizar los paseos y actividades en la zona.
En cuanto a paisajes que se pueden encontrar en estos establecimientos, resulta difícil poder describir en pocas palabras algo en particular, siendo tal vez el factor común en cualquiera de ellos el inmenso cielo estrellado, que es uno de los más ricos en brillantes estrellas y galaxias. Su visión desde una estancia a través del aire diáfano y sin luces terrenas es memorable. Por algo las llaman “Hoteles de mil estrellas”.
En esta inmensidad de espacio nos encontramos con una extensa costa que actúa como apostadero de la rica avifauna marina, destacándose las colonias de lobos, elefantes marinos, pingüinos y cormoranes, alternando el paisaje de altos acantilados, rías, y playas de canto rodado.
Ya en la meseta, el paisaje sólo es interrumpido por ríos y algunos extensos cañadones, en donde los antepasados lo utilizaban de refugio, y hoy se pueden observar estas manifestaciones milenarias en el arte rupestre que han dejado plasmado.
Más hacia el oeste, glaciares y lagos de color esmeralda o turquesa, cerros, bosques cascadas y valles luminosos se intercambian para esperar desde el inicio de los tiempos al visitante emocionado.
Las actividades que uno puede desarrollar son diversas, siempre teniendo como gran escenario el imponente marco natural y cultural. Del amplio menú de alternativas se destacan los paseos en vehículo por los alrededores, en donde uno tiene la posibilidad de elegir, siempre tomando los recaudos necesarios para la conservación del ambiente, el “lugar” donde realizar un picnic, o una parada para quedarse a contemplar alguna panorámica.
Las caminatas que se pueden realizar pueden ser con el acompañamiento de algún miembro de la estancia o de manera autoguiada, obteniendo tal precisa información en los mismos establecimientos. Se recomienda para emprender las mismas llevar calzados cómodos y, por supuesto, una cámara fotográfica.
Para realizar alguna cabalgata el establecimiento pondrá a disposición de sus huéspedes a un baqueano, que son las personas que realmente conocen el lugar palmo a palmo y los guiará por las mejores sendas y lugares.
A la noche prepárese a recuperar las energías consumidas durante el día: una buena mesa casera lo estará esperando, junto a los anfitriones, que le podrán contar las viejas historias del lugar.
Para quienes desean conocer más en profundidad la zona, en algunos establecimientos se conservan los enseres, viejos libros y diarios personales de colonos, conformando una verdadera biblioteca campestre.
Esta unión fijó las características esenciales de sus establecimientos que la conforman: una unión que resguarda la calidad de sus prestaciones que en su círculo se ofrecen al pasajero, le proporcionan el asesoramiento que requiere y además concreta las reservas y otros servicios que le ayudan a disfrutar del viaje con mínimas preocupaciones.
Todos los establecimientos que conforman la red de Estancias de Santa Cruz, Patagonia, hace honor a principios de hospitalidad y confort.
Para planear bien las etapas del viaje hay que tener en cuenta que, con excepción de los tramos pavimentados, la velocidad promedio no será superior a los 60 km/h.
Un buen mapa de camino es también muy importante llevar consigo.
Por otro lado, si no se desea viajar con su vehículo existen otras opciones para recorrer esta rutas, desde la opción de alquilar un vehículo con o sin chofer hasta comprar un paquete en alguna de las agencias especializadas en este tipo de viajes.
También hay que tener en cuenta que el traslado de su vehículo se puede realizar a través de empresas de transportes que se lo acercan hacia alguna ciudad importante como Río Gallegos o Comodoro Rivadavia y viajar en avión hacia esa ciudad.
Aunque siempre para armar un tipo de recorrido así lo mejor es acercarse a las oficinas de turismo y tener al menos una hora para dedicarle a la programación del viaje. Allí hay personas especializadas que le brindarán toda esta información.
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