Dom 11.09.2016
turismo

CÓRDOBA > PROPUESTAS DE TURISMO ACTIVO

En los cuatro elementos

El paisaje de la provincia se presta a las aventuras en todos los ambientes: buceo, parapente, trekking y espeleología invitan a explorar las sierras poniéndoles toda la energía de la primavera que está por llegar.

› Por Patricia Veltri

El descanso y el placer en un viaje no siempre van de la mano de la pasividad. Para quienes lo encuentran en el esfuerzo físico de un trekking, o con el viento en la cara emulando a un pájaro en una quebrada entre sierras o explorando el subsuelo, por ejemplo, Córdoba les reserva todas las variantes de actividades posibles.

Y hasta rarezas, como practicar buceo en un lago entre las ruinas de un pueblo sumergido con su bosque, un cementerio, una iglesia, casas con aljibes, corrales para animales y una usina eléctrica de tres pisos. Todo como una Atlántida mediterránea. Así se deja explorar el pueblo El Salto, sumergido bajo las aguas del dique Piedras Moras, en la localidad de Almafuerte, en la cuenca del Río Tercero.

La construcción de un embalse en la década de 1970 dejó hundido al pueblo que permanece tal cual, sólo que ahora sus habitantes son peces y moluscos y los visitantes que lo recorren van con patas de rana, trajes de neoprene, escafandra y tubo de oxígeno.

Uno de los buzos aventureros que juegan a ser Jacques Cousteau lo que dura un tubo de oxígeno, es Rubén Acevedo. Cuenta que “cuando la visibilidad es óptima, se ve a una distancia de unos 5 metros. Las cosas aparecen casi de golpe ante la vista. Lo primero que asoman son los árboles, algunos muy altos, de un bosque serrano. El suelo es de barro y no hay que removerlo porque se levanta formando una nube. A veces pasan cardúmenes y algunos son tan grandes que hasta tapan la luz del sol que se filtra”.

La gran atracción para los exploradores subacuáticos es la usina eléctrica Las Cascadas, un edificio de tres pisos de estilo inglés construido en 1914. Una parte sobresale del agua y está ubicado en la zona que llaman “la cola” del lago. Se pueden recorrer sus distintos ambientes como si fuese un museo.

Almafuerte queda a 100 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba. En la zona existe infraestructura turística que incluye hoteles y campings.

La reglamentación establece que se baja en pareja, nunca de a uno. Se exige carnet de buzo profesional o estar acompañado por uno. Hay diferentes escuelas que se ubican allí mismo donde se pueden contratar clases y buceo de bautismo.

COMO PAJAROS Matías Pérez Barrera, uno de los instructores de parapente de Staff Cuchi Corral, sostiene que volar está en el sueño de las personas. Y cita a Leonardo Da Vinci: “Una vez que hayas probado el vuelo, caminarás con los pies sobre la tierra, con la mirada levantada hacia el cielo, porque has estado ahí y quieres volver”.

En Cuchi Corral, en el valle de Punilla, dan rienda suelta a esta práctica por sus características ideales. Matías explica que “para probar el vuelo en su forma natural, no hace falta experiencia ni conocimiento previo. Un instructor autorizado de nuestro grupo se encarga de realizar los vuelos de bautismo en parapente acompañando al pasajero. Es una actividad para todas las edades, para experimentar en familia y con amigos”.

Despegan desde el cerro Mirador Cuchi Corral, a 400 metros de altura y a unos 10 km de distancia de la ciudad de La Cumbre. Para poder volar se tienen que dar ciertas condiciones meteorológicas y la mayor frecuencia de vuelo se da por la mañana hasta el mediodía. Hay una charla previa al vuelo donde se explica y hace un simulacro de despegue y luego del despegue, que incluye por ejemplo, cómo sentarse cómodo en el arnés.

Los vuelos se pueden hacer en cualquier momento del año. Lo más conveniente siempre es hacer la reserva con antelación y combinar con el instructor cuando las condiciones meteorológicas se prevén favorables, algo que puede anticiparse hasta 48 horas. Los vuelos tienen una duración de 15 a 20 minutos dependiendo del clima y del estado del pasajero.

Medio en broma, medio en serio, los instructores dicen: “No te vayas al infierno sin antes conocer el cielo y descubrí por qué los pájaros cantan”. Como obsequio, los pilotos de Staff Cuchi Corral hacen un video en alta definición GoPro que se lleva el pasajero.

DENTRO DE LAS MONTAÑAS Si el espíritu es de explorador y no se sufre de claustrofobia, las entrañas de las sierras comparten sus secretos a través de corridos por cavernas. Se trata de una actividad llamada espeleología, que combina aspectos naturales geológicos y culturales.

A través de circuitos guiados, se podrá comprobar que los pueblos originarios -previos a la conquista española- no conocieron la técnica de extraer metales, pero sí utilizaron algunos óxidos como hematita y limonita para preparar los colores de pictografías que aún subsisten.

Córdoba tiene áreas de sitios arqueológicos ubicados en formaciones de rocas magmáticas consolidadas dentro de la corteza terrestre que quedaron expuestas por efectos de la erosión. Esos sitios sirvieron de albergue o como lugares ceremoniales. En muchos de estos aleros de piedras se observan vestigios y pictografías que constituyen arte rupestre.

La actividad está organizada en circuitos. El que abarca el geológico Tanti-Los Túneles permite observar las principales rocas que forman las Sierras de Córdoba. El núcleo se denomina Batolito de Achala. Se trata de rocas plutónicas, volcánicas, metamórficas y sedimentarias que corresponden a la era Paleozoica de períodos Devónico, Carbonífero, Cámbrico, Terciario y Cuaternario. En este itinerario se ubican los principales rasgos geológicos de la provincia; se extiende cruzando el borde occidental de las Sierras Chicas, las Sierras Grandes, Cumbre de Gaspar, Pampa de Pocho, Sierras de Guasapampa, Minas y Pocho, para desembocar en los llanos occidentales ubicados en el extremo oeste de Córdoba.

Su recorrido es de este a oeste y se desarrolla a lo largo de la Ruta Provincial Nº 28. Es un circuito de día completo y su trayecto es de 135 kilómetros.

Otra opción se da en la caverna El Sauce, donde se hace espeleología, como un modo de combinar una actividad deportiva con un aspecto científico. Es la segunda caverna turísticamente más visitada del país. Se ubica a 8 kilómetros de la ciudad de La Falda, dentro de un predio privado. Mide 800 metros de largo, tiene millones de años de existencia y propone un recorrido muy interesante por las entrañas de la tierra. En su interior corrieron ríos que por una serie de movimientos geológicos fueron disminuyendo su caudal hasta desaparecer. Se camina por un surco de rocas que el paso del agua dejó hace cientos de años. Es una caverna de carbonato de calcio, que durante mucho tiempo permaneció oculta. Fue descubierta en la década del 60, a partir de la instalación de una cantera. Tiene varias bocas y desniveles que generan conexiones de aire por lo que en ningún espacio de la caverna falta oxígeno.

A diferencia de otras cavernas, no tiene formaciones de estalactitas ni estalagmitas pero se destacan coralinas (similares a los corales de mar), repolladas (parecen un coliflor) y elititas. La temperatura dentro de la caverna se mantiene a 13° con una humedad superior al 90 por ciento. Estas condiciones hacen necesaria una vestimenta adecuada para ingresar al lugar que consta de mameluco, casco y guantes se transforman en elementos indispensables.

La caverna El Sauce se divide en circuitos para el turista. El circuito A es muy accesible, preparado para toda la famita, en donde niños y adultos pueden disfrutar del recorrido. El circuito B, en cambio, tiene mayores obstáculos y el desplazamiento demanda más destreza física. Ambos recorridos duran alrededor de una hora y media.

Embalse, 5500 hectáreas de agua limpia para todos los deportes acuáticos en todas las variantes posibles.

TAMBIEN EN EL AGUA Embalse conserva la misma característica centenaria desde que fue fundada sobre una margen del lago que le da nombre: las puertas de las casas y los autos pueden quedar sin llaves. Alrededor del lago que durante muchos años fue el más grande de Sudamérica, la vida transcurre a ritmo de un pueblo durante el año y en el verano se apodera el bullicio de una villa turística con casino y movida juvenil.

El lago abarca 5500 hectáreas y es el espejo de agua artificial más grande de Córdoba. Estas características hacen que el lugar sea el preferido por quienes practican diferentes deportes náuticos, como ski acuático, windsurf y velerismo. Es la Capital Provincial de los Deportes Náuticos. De noviembre a marzo funciona el Club de Ski Acuático y Wakeboard de Córdoba dirigido por el francés Gerard Le Moy que, desde hace más de 15 años, brinda clases de ski náutico y wakeboard en el Lago de Guerledan en su país.

Según aseguran orgullosos, el 95 por ciento de las personas sale esquiando sobre el agua en su primera clase. Lo pueden practicar desde chiquitos de 3 años hasta personas de avanzada edad. La escuela provee de todo el equipamiento necesario como lancha, esquíes, traje de neoprene y salvavidas. Los más avezados tienen la posibilidad de hacer barefoot (esquí sin esquíes) y slalom cruzado. También, como cosa distintiva hay ski para no videntes.

Las variantes del trekking en Córdoba son simplemente infinitas, con alturas que llegan a los 2800 metros.

CORDOBA PARA TREKKERS Las sierras de Córdoba ofrecen decenas de sitios posibles donde hacer trekking, es casi su distintivo principal. Van desde la más simple hasta la más alta y compleja como es a la cima del cerro Champaquí, a 2.800 metros de altura.

Pero un sitio particularmente atractivo es el Parque Nacional Quebrada del Condorito, una especie de santuario donde los cóndores viven a sus anchas. Una laguna permite observarlos mientras se bañan y desde distintos balcones se los verá en vuelo, comiendo, anidando o a las madres enseñando a volar a sus pichones.

El ingreso al parque queda a la vera del camino de las Altas Cumbres, que une la ciudad de Córdoba con Traslasierra. Es obligatorio registrarse en el Centro de Visitantes que se encuentra a poco de andar, traspasando la tranquera de acceso. Hay una senda dividida en 10 estaciones, separadas por un tiempo de caminata de 15 minutos entre sí. El camino de ida está señalado en los carteles en color refractario blanco con la silueta de un cóndor, y de regreso tienen color naranja. Son datos a tener en cuenta en días con niebla para no extraviarse. Se recomienda iniciar las caminatas antes de las 10 de la mañana y llevar lentes de sol y sombrero o gorra porque el sol puede ser impiadoso. También agua y protector solar. El circuito al Balcón Norte demanda unas 4 horas y el Río Condorito, unas 6 horas. Ambos ida y vuelta. Se pueden hacer con niños pero con precaución en la zona de los balcones porque hay precipicios. Por lo demás, no es un trekking dificultoso ni de riesgo. Puede hacerse por cuenta propia o contratar guías habilitados por el Parque Nacional Quebrada del Condorito que ofrecerá además una explicación de interpretación de la zona. Hay que llevar vianda para el almuerzo que será en forma de picnic al aire libre, improvisados entre las piedras del sendero.

En La Cumbrecita, el río Wildbach se mete en una caverna que se puede explorar.

COMO INDIANA JONES Una opción de turismo activo único en Córdoba y el país se da en La Cumbrecita: se trata de una excursión por un río subterráneo.

También el pueblo del valle de Calamuchita ostenta la condición única en la Argentina de ser peatonal, a partir de una ley provincial que la convierte en Reserva Natural Protegida.

Construida sobre la ladera de un cerro a 1.450 metros sobre el nivel del mar a semejanza de una aldea alpina, La Cumbrecita está apenas intervenida por la mano del hombre. Una reglamentación edilicia estricta hace que en la arquitectura se utilicen materiales como madera, piedra y tejas. La surcan el río del Medio, arroyos serranos y crece abundante vegetación de flores silvestres y bosques de pinos donde predomina el abedul.

Es el marco para el recorrido del río subterráneo. La propuesta inicia en el pueblo con una caminata de una hora y media hasta la zona alta de la montaña, a los 1750 metros del cerro Wank, donde un torrente de cascadas gemelas cae en una grieta. El río que se recorrerá es el Wildbach, que nace en superficie a casi 1900 metros de altura y al descender se mete en una caverna. Allí no es raro observar cóndores dibujando vuelos en círculo contra un cielo de celeste intenso y el Champaquí, el pico más alto de Córdoba. Desde ese punto, como frente a la estampa del paraíso, se baja por una grieta en las rocas. A lo largo de 80 metros, como si fuese un útero subterráneo, se camina por un curso de agua muy fría (por eso sólo se hace en verano) y transparente, sostenidos por un arnés que protege en caso de resbalones, por el suelo de arena. Se oye sólo el sonido del agua, acompaña el aroma a flores silvestres y se filtran los rayos de sol entre los bloques de piedra superpuestos. El río recorre 700 metros dentro de la montaña. Al cabo, los turistas pueden sentirse Indiana Jones en alguna de sus aventuras, pero en clave cordobesa y aroma de tabaquillo.

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