Dom 15.08.2004
turismo

JUJUY - EL MONUMENTO NATURAL LAGUNA DE POZUELOS

Flamencos en la Puna

Desde Tilcara, una excursión por la solitaria región puneña del norte de Jujuy hasta la Laguna de Pozuelos. A 50 kilómetros de La Quiaca y a 3600 metros sobre el nivel del mar, la laguna alberga una colonia de 25.000 flamencos y numerosas especies de aves migratorias en una altiplanicie de extrema aridez declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

› Por Julián Varsavsky

Para aquellos viajeros inquietos que al salir de travesía recorren a fondo una provincia, existe en el extremo norte de Jujuy un área protegida por Parques Nacionales que fue declarada “monumento natural” para preservar la riqueza de su fauna. Entre aves y animales, se destacan tres especies de flamencos que anidan en la orilla de la laguna y que en total suman unos 25.000 ejemplares.

Travesía por la Puna
El viaje hacia la Laguna de Pozuelos parte al amanecer desde el pueblo de Tilcara por la ruta nacional 9. Muy pronto se cruza el monolito que señala el lugar exacto por donde pasa el invisible Trópico de Capricornio, y más adelante aparece el polvoriento pueblito de Guacalera, que subsiste gracias al cultivo de cebolla, habas y la amplia variedad de papas típicas del norte. Al dejar atrás la Quebrada de Humahuaca, se ingresa de lleno en la altiplanicie de la Puna.
La ruta avanza en paralelo a las vías oxidadas del extinto tren que cubría el trayecto Jujuy-La Quiaca. Un reflejo de ese cierre –que inyectó una nueva dosis de soledad en una zona de extrema soledad– son las precarias casas de adobe abandonadas y a punto de desplomarse que aparecen cada tanto entre la vastedad de la Puna.
Pero en “el reino del viento y la soledad” el paisaje se enciende de colores cuando aparece un extraño cerro rojo con la cima amarillenta cubierta por azufre. Ahora es el río Grande el que corre en paralelo a la ruta, con sus sauces llorones en la orilla rozando la superficie del agua. Sobre los cerros se levantan los cardones, esos cactus de las alturas que son la única especie vegetal que crece más de un metro en la Puna.
Al viajar por la Puna uno se cruza de manera espaciada con su escasa población. Cada tanto aparece junto a la ruta algún pastor que viste poncho rojo y sombrero ovejón, y arrea sin apuro sus ovejas y chivos, sin siquiera inmutarse ante el paso de un ocasional vehículo.
Más adelante se atraviesa el pueblo de Abra Pampa –polvoriento y ajado como los pastores–, que se vino abajo cuando dejó de pasar el tren. Dos kilómetros después de Abra Pampa, nace a la izquierda la ruta 7, un camino de tierra que conduce a la Laguna de Pozuelos y pasa por un pequeño cementerio en medio de la nada, rodeado por un muro de adobe de un metro de altura.

Hacia la laguna
A la vera del camino se extienden enormes llanuras de pastos ralos y amarillentos con un fondo de cordones montañosos. A medida que se asciende por la Puna la vegetación se limita casi al mínimo, acentuando la dolorosa belleza de un paisaje colorido pero de extrema aridez. Después de pasar cerca del pueblito de Pozuelos (donde viven doce familias y se recomienda conocer la escuela), y de visitar el puesto de guardaparques, se llega finalmente a la laguna, un gran espejo de agua de 15.000 hectáreas que aparece a lo lejos como un espejismo. Debe quedar claro que en Jujuy existen seguramente muchos paisajes más bonitos que este (aunque no iguales).
La Laguna de Pozuelos está a 3600 metros sobre el nivel del mar y la altura se hace sentir bastante. Es una planicie perfecta, con el marco lejano de las montañas, donde no sobresale absolutamente nada ni hay casi contraste alguno de colores. O sea que este es un viaje para personas con un interés especial por la observación de fauna. A lo lejos se ve una gran bandada de flamencos absolutamente inmóviles, como si fuesen un decorado. Hace falta mirarlos con largavista porque están demasiado lejos. Al acercarse caminando por el borde de la laguna, suelen levantar vuelo, perdiéndose en el infinito como una fugaz nube rosada.
En total la Laguna de Pozuelos alberga 44 especies de aves. Las más numerosas y vistosas son los tres tipos de flamencos que construyen sus nidos de barro con forma de cono truncado sobre la playa. El guardaparques explica que estas aves zancudas tienen una forma muy particular de alimentarse. Su pico filtra el agua a través de unas laminillas especialesque retienen algas minúsculas y pequeños vertebrados. Los flamencos que pueblan la laguna son el común o austral –que se encuentra en todo el país–, la parinas grande y la parinas chica, que son autóctonas de la Puna. Según los estudios científicos, la parinas chica migra en invierno hacia lagunas más altas ubicadas en Chile y Bolivia, y regresan en la primavera.
La vegetación que rodea la laguna es la típica estepa arbustiva donde predominan la tola –utilizada para encender el fuego en la zona–, pequeñas gramíneas y bosquecillos de queñoa, el único arbolito que crece en la Puna. El queñoa está en vías de extinción porque los lugareños lo necesitan para hacer leña.
El Monumento Natural Laguna de Pozuelos fue creado en 1981 por la Administración de Parques Nacionales para preservar uno de los principales lugares de nidificación de las aves migratorias acuáticas que habitan en los ambientes alto andinos de nuestro país. Además fue incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional conocida como Convención Ramsar.

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