BRASIL: EN BAHIA, LA PROCESIóN DE BOM JESUS
Fiesta sobre las olas
Desde hace más de 100 años, cada 1º de enero se realiza en San Salvador de Bahía una procesión por el mar. En esta singular tradición cultural y religiosa, unas 300 embarcaciones de todo tipo con música a bordo navegan detrás de una antigua barcaza que lleva laimagen del Bom Jesus por las aguas de la Bahía de todos los Santos.
Por Julián Varsavsky
Como toda fiesta popular bahiana, la Procesión de Bom Jesus dos Navegantes es una combinación armoniosa entre lo profano y lo sagrado. Comienza en la mañana del 1º de enero de cada año, cuando recién se han apagado los ruidos de esa otra fiesta popular callejera que es la celebración del Año Nuevo en Bahía (el Revellion). El eje de la fiesta es la procesión por el mar con la imagen tallada en madera de Bom Jesus a bordo de una colorida barcaza construida en 1892 con donaciones de gente del pueblo. En la procesión participan cerca de 300 embarcaciones de todo tipo, desde pequeños botes de pescadores hasta lanchas a motor, yates, barcos de pesca, botes a remo e incluso algún trasatlántico que haya atracado justo ese día en la Bahía de todos los Santos.
A la mar
Varios barcos de la marina militar acompañan la procesión para que los fieles no se acerquen demasiado a la barcaza principal, que es muy frágil y no soporta grandes olas, mientras en las embarcaciones el ambiente es de gran fiesta, con música bailable a todo volumen e incluso con grupos en vivo tocando “pagode”, un ritmo muy popular de Bahía.
La procesión náutica comienza religiosamente a las 9.30 en punto, entre bocinazos y fuegos de artificio. Parten desde la Rampa do Mercado –en la “ciudad baja”–, y los catorce escogidos marineros que conducen la barcaza sagrada levantan sus remos al cielo pidiendo la bendición para una nueva jornada. Una hora después la procesión pasa por el puerto, cerca del 2º Armazém das Docas, donde el Bom Jesus dos Navegantes recibe los honores de los estibadores portuarios, quienes le tiran flores y más fuegos artificiales.
El destino final de la procesión es la playa de Boa Viagem, donde llega alrededor del mediodía y es recibida por millares de fieles deseosos de asistir al momento más importante de la fiesta: el desembarque. La mayoría de la gente espera en la arena con una imagen de Nossa Senhora de Conceiçao de Boa Viagem, que han traído en otra procesión para saludar el arribo del Bom Jesus. Con máximo cuidado los marineros bajan la imagen sagrada y se la entregan a otro grupo de hombres que la llevan en hombros –junto con la Virgen–, hasta un pequeño templo de 400 años de antigüedad. Allí se celebra una misa con la multitud apretujada dispuesta a escuchar la primera bendición del nuevo año. Durante el sermón del año pasado el padre Robson Gritos pidió por la paz en el mundo y habló de la guerra de Irak y del nuevo presidente de Brasil, entre otros temas y problemas de la actualidad.
Afuera del templo, el sol ardiente se levanta hasta el centro del cielo, pero eso no es problema para los bahianos quienes comienzan allí mismo -en una plaza–, una nueva fiesta de “excesos” paganos con mucho baile, comida tradicional y alcohol con jugo de frutas que dura hasta cualquier hora de la noche, alimentando esa fiesta sin fin que es la Bahía de todos los Santos.