SEMANA SANTA > EXCURSIONES Y PASEOS POR TODO EL PAíS
Semana Santa permite aprovechar los primeros días del otoño para unas vacaciones de yapa después del verano. Destinos de todo el país se preparan con distintas celebraciones para recibir a los turistas en busca de descanso, naturaleza y placeres de la buena mesa.
Considerando el intenso movimiento de valijas y transportes que generan los cuatro días de Semana Santa, no es de extrañar que en Uruguay, por ejemplo, la llamen la “Semana del Turismo”. Estas minivacaciones (que en muchos países sólo duran tres días, porque el feriado es –como en Italia y Francia– el lunes posterior a la Pascua) son una pequeña revancha de los chicos después del comienzo de las clases, y un nuevo descanso para los grandes antes de comenzar, definitivamente, un largo año de trabajo.
Por eso todos quieren aprovecharlas al máximo, con propuestas de miniturismo, turismo activo o simplemente paseos urbanos que combinan algunos ritos de la Semana Santa con aquellos, más profanos, de la buena mesa y los placeres de los sentidos. Están los que van a la costa, deseosos de un buen clima que reviva el verano, y los que prefieren la montaña o el encanto de las tradiciones pascuales en los pueblos del norte. Para todos los gustos, algunas opciones para ir planificando.
Necochea organiza por primera vez un ajedrez viviente, llamado “Viví el ajedrez”, imitando el ejemplo de numerosos pueblos europeos que recrean a escala natural el tradicional juego nacido en Medio Oriente. El espectáculo se realizará el sábado 26 de marzo y el domingo de Pascua.
En la vecina Quequén se inaugurará una nueva muestra en la Estación Hidrobiológica local, llamada “El Planeta Océano”, organizada por el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires. Por la noche habrá un festival de arte multimedia de vanguardia, de luz y sonido, llamado “Fuga oceánica”.
Mar del Plata, entretanto, organiza la 51ª edición de la Semana Fallera Valenciana Marplatense, que culmina el sábado 26 de marzo con la cremá (quema) del monumento fallero, pero antes incluye espectáculos, concursos y fiestas de colectividades.
Mucho más al sur, Puerto Madryn –que ya estará sobre el cierre de su temporada de verano, pero se prepara para recibir a las ballenas a partir de mayo– organiza en Semana Santa la Segunda Feria de la Pesca Artesanal, que incluye numerosas actividades, desde exhibición y venta de mariscos vivos y elaborados hasta clases abiertas de cocina y concurso de paellas. Especialistas del Centro Nacional Patagónico aprovecharán la oportunidad para brindar charlas sobre recursos y pesquerías, y habrá un espectáculo musical gratuito y al aire libre.
Una vieja tradición católica, que recuerda las idas y venidas de Cristo en la noche de la traición, lleva a muchos fieles a realizar cada Jueves Santo al anochecer la recorrida ritual de siete iglesias. Puede ser una buena oportunidad para visitar iglesias porteñas de valor histórico y literario, repartidas en los numerosos barrios de la ciudad.
Se puede empezar por la iglesia de San Bernardo, en Gurruchaga 170 (Villa Crespo), donde Adán Buenosayres (protagonista de la novela homónima de Leopoldo Marechal) se detiene al fin de un periplo que refleja su crisis existencial. La iglesia fue levantada a fines del siglo XIX, y se caracteriza por el Cristo de la Mano Rota (hoy restaurado) frente al cual Adán Buenosayres llora suavemente sus angustias. En busca de otra iglesia de reminiscencias literarias se llega hasta San Juan María Vianney, en avenida San Martín 4460, Villa del Parque. Clara, protagonista del cuento Omnibus de Julio Cortázar, toma el colectivo y en el trayecto “oyó una batalla de gorriones sobre su cabeza y la torre florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes, alto hasta dar vértigo”. Más atrás en el tiempo, tres iglesias aparecen citadas en Amalia, de José Mármol: San Francisco (Alsina y Defensa), San Ignacio (primer templo jesuita de América del Sur) y Santo Domingo (Defensa y Belgrano), en cuyas torres aún se ven las legendarias balas lanzadas por los habitantes contra los invasores ingleses. Entre otras muchas por elegir, la iglesia Nuestra Señora de Pompeya (Esquiú 947) está considerada como la más popular de Buenos Aires, y tiene un hermoso patio construido sobre el modelo de los claustros medievales. Finalmente, la iglesia de San Carlos (Quintino Bocayuva 144), construida a principios del siglo XX, se destaca por el insólito y colorido interior de aires moriscos, inesperado en una iglesia de barrio de Buenos Aires.
Fines de marzo todavía es época de vendimia en la provincia vitivinícola por excelencia en nuestro país. Mientras los racimos tintos y blancos terminan de madurar, se organiza cada año en Semana Santa el Festival Música Clásica por los Caminos del Vino, ya convertido en uno de los más importantes de Sudamérica. Es una excelente oportunidad para recorrer las numerosas bodegas situadas en los alrededores de la ciudad, que ofrecen visitas guiadas y degustaciones de distintas variedades, además de mostrar cuidadosamente el proceso de elaboración, combinando la visita con el placer de la música. Este año estarán presentes el tenor argentino Darío Volonté (cierre del festival, con un concierto en dúos y arias de ópera, además de canzonettas); el Ensamble De Profundis, de Uruguay; el pianista chileno Felipe Browne, y el compositor e investigador argentino Oscar Edelstein, con el Octeto Nacional del Sur.
Pocos destinos hay tan tradicionales como Tandil durante la Semana Santa, gracias al Monte Calvario y el circuito del Via Crucis. Sin embargo, en los últimos tiempos surgió una nueva alternativa serrana de gran interés para completar la visita a Tandil: en las vecinas localidades de Barker y Villa Cacique se está desarrollando un polo de turismo aventura, que revive una zona antiguamente dedicada a la fabricación del cemento. Ambas localidades, separadas por apenas cinco kilómetros, nacieron a principios del siglo XX, y tanto el cierre de las fábricas como la interrupción de los trenes de pasajeros las dejaron un poco aisladas. Ahora, sin embargo, proponen realizar salidas de trekking por las Cuchillas del Aguila (una meseta situada entre los cerros más altos del sistema de Tandilia), además de iniciación a la escalada en roca y rappel. En un futuro próximo se podrá practicar espeleología en las cuevas del lugar. A estas propuestas se suman actividades alternativas como tirolesa, paseos en mountain bike, cabalgatas y safaris fotográficos.
La Manzana Jesuítica de Córdoba capital, que incluye los edificios históricos de la Universidad de Córdoba, la iglesia de la Compañía, el Colegio Montserrat y la primera imprenta de la Argentina, es ideal para visitar en Semana Santa, cuando se organizan visitas guiadas y otras actividades especiales. Pero más al sur, en Villa General Belgrano, se celebra en este período una fecha muy especial: se trata de la Fiesta de la Masa Vienesa, que propone a los turistas probar las más exquisitas especialidades de la pastelería centroeuropea. Durante los días de la fiesta se arman en el Salón Vienés quioscos de repostería que simulan ser casitas vienesas, donde se exhiben todo tipo de dulces, con el fondo musical de los valses de Strauss. En este pueblo de aire alpino, con techos a dos aguas y enmarcado por las sierras, se realiza en Semana Santa una importante programación cultural con conciertos y corales, además de la escenificación de los principales momentos de la Pascua. Para los más chicos, se organizan búsquedas de huevitos de chocolate, y los numerosos arroyos de la región ofrecen buena diversión en el corazón de las sierras.
A orillas del Paraná, Rosario es uno de los principales polos culturales de la Argentina central, y en un fin de semana permite multiplicar las opciones para visitar desde el célebre Monumento a la Bandera hasta el llamado “Paseo del Siglo”, un recorrido que abarca los principales edificios históricos rosarinos. El Parque de España, donde se realizó recientemente el III Congreso de la Lengua, el nuevo museo de Arte Moderno situado en un conjunto de silos restaurados, y el paseo costero junto al Paraná son algunos de los atractivos de una ciudad que por la noche se ilumina con las luces del puente a Victoria, y se entrega a una activa movida nocturna de bares y restaurantes. El Teatro El Círculo, el Rosedal del Parque de la Independencia, el Museo de Arte Castagnino y otros lugares emblemáticos, como el Bar El Cairo, convocan a disfrutar de Rosario durante cuatro días que parecen una invitación a volver para quedarse más tiempo.
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