Por Leonardo Larini

Pocos placeres tan particulares como los de la pesca. Cielo y silencio, y en el medio el pescador y el agua, y esa especial espera que bien lejos está de la ansiedad y la impaciencia. Un estado casi zen que sirve no sólo para retomar el contacto con la naturaleza sino también para acercarse a eso que cada día aparece más alejado de uno: uno mismo.

Y si bien en la Argentina existen múltiples alternativas para practicar este deporte, la ofrecida por Challhuaquen Fishing Lodge se destaca por los maravillosos paisajes naturales que lo rodean, formados por aguas calmas y cristalinas, lagos espejados de origen glaciar, árboles milenarios y montañas con picos nevados.

Este sitio, que recién en los últimos años lo frecuentan con mayor asiduidad, está ubicado en el Valle de Trevelin, a orillas del río Futaleufú y junto al Parque Nacional Los Alerces, bella zona privilegiada de la provincia de Chubut.

Y no por casualidad Challhuaquen significa, en lengua mapuche, “lugar de pesca”.

UN LUGAR EN EL MUNDO Challhuaquen Fishing Lodge se encuentra situado en el centro de este deslumbrante ambiente y a sólo 60 kilómetros del aeropuerto de Esquel. El área, conocida como Comarca de los Alerces, es internacionalmente famosa por ser uno de los más importantes lugares de pesca de salmónidos en el mundo, actividad que se puede desarrollar en los ríos Futaleufú, Corinto, Rivadavia, Carrileufu, Arrayanes, Menéndez, Frey, Desaguadero, Nant y Fall, Corcovado y Pico; en los lagos Menéndez, Verde, Futalaufquén, Krugger y Vinter, y en las lagunas Willmanco, Baguilt, Larga y Zeta, todos ubicados en un accesible radio que no supera los 80 kilómetros.

Allí, los pescadores tienen la oportunidad de atrapar las típicas truchas de la Patagonia –en sus variantes Marrón, Arco Iris y Fontanilis, que miden en promedio entre 20 y 50 centímetros– y también magníficos ejemplares de salmón.

Para ello, este establecimiento creado por y para pescadores, ha sido concebido para brindarles a sus huéspedes un inmejorable servicio personalizado y de alta calidad que cubra todas y cada una de las necesidades de los amantes de la pesca con mosca.

Con instalaciones modernas, cálidas y confortables, el lodge fue construido sobre una barranca que hace las veces de mirador del río, espacio desde el cual es posible disfrutar en todo momento de excelentes panorámicas de las aguas, de las montañas boscosas y nevadas y del Parque Nacional.

La decoración mantiene un estilo rústico de montaña e incluye objetos y adornos realizados por artesanos mapuches de la región. Y, teniendo en cuenta que lo que debe primar, ante todo, es el relax, sólo cuenta con seis espaciosas habitaciones dobles, detalle que no sólo favorece al descanso perfecto sino también al fomento de la amistad y la camaradería entre los pescadores alojados.