CóRDOBA > EXCURSIONES DE TURISMO ACTIVO
Una recorrida muy activa por los paisajes más atractivos de la provincia. Trekking, escalada y rappel en Los Gigantes, excursiones a caballo y en 4x4 hasta la cima del cerro Champaquí, vuelos en parapente en Cuchi Corral y pesca de pejerreyes y truchas en Tanti y el lago San Roque.
› Por Julián Varsavsky
Córdoba es una de las provincias argentinas con mayor cantidad de escenarios turísticos naturales, cuyo lado más virginal se puede conocer en excursiones que dejan atrás el asfalto para poder llegar a rincones muy agrestes. A continuación, un informe sobre opciones de turismo aventura en Los Gigantes, el cerro Champaquí y el Valle de Calamuchita.
En el centro geográfico exacto de la Argentina –a 90 kilómetros de la capital cordobesa y muy cerca de Villa Carlos Paz– existe un conjunto de cerros llamado Macizo de Los Gigantes, que se ha convertido en uno de los principales centros de turismo aventura de la provincia. Entre los diferentes cerros de Los Gigantes se forman hermosos valles surcados por pequeños arroyos que fluyen entre rectas paredes rocosas de una sola pieza maciza. El más alto de estos mogotes descomunales de verdes laderas mide 2374 metros. A sus pies brillan pequeñas lagunas de aguas cristalinas que sobrevuelan halcones y águilas, donde merodean zorros, liebres, la llamativa ranita de colores y la ya de por sí descriptiva lagartija luminosa. Y desde lo alto, el cóndor andino observa todo con su mirada telescópica, buscando presas muertas para comer.
Entre las principales actividades que se realizan en Los Gigantes están el trekking y las cabalgatas, que comparten los mismos senderos. El lugar de base para comenzar los paseos es el refugio La Rotonda –que alguna vez albergó a Quinquela Martín, a Marcelo T. de Alvear y a Hipólito Irigoyen-, cuyos responsables se ocupan de cuidar la zona y atender a los visitantes.
Para realizar un trekking en Los Gigantes por primera vez, se recomienda contratar un guía que oriente los paseos, ya que hay una gran cantidad de senderos y lugares escondidos a los que sólo se puede llegar con la ayuda de un baqueano. Además, es muy frecuente que la cima de las montañas se cubra de espesos mantos de neblina. Uno de los circuitos preferidos por los turistas es el que lleva a la cima del Cerro de la Cruz, a 2100 metros sobre el nivel del mar, y continúa con una visita a la Cueva de la Salamanca. Luego, se camina una hora y media de marcha suave entre molles y tabaquillos hasta llegar a una quebrada, donde hay que ascender unos 200 metros algo pronunciados. Pero el esfuerzo vale la pena porque desde esa altura se divisa gran parte del valle de Punilla, la ciudad de Carlos Paz y el dique San Roque. Y para no perderse un paisaje espectacular, lo mejor es seguir ascendiendo una hora más hasta la cima del Cerro Mogote (2400 metros sobre el nivel del mar), donde la mirada no encuentra obstáculos para admirar el cerro Champaquí, las imponentes pampas de Achala e incluso la provincia de San Luis. Al regresar se pasa por el refugio de montaña del Club Andino Córdoba, se atraviesa la Quebrada del Viento y un último tramo de dos horas de marcha suave lleva al punto de partida en La Rotonda.
El otro circuito de trekking importante en Los Gigantes es al Valle de los Alisos. Se camina hacia el sur del cerro de la Cruz, atravesando bosques de tabaquillos y la Quebrada del Gaucho. Esta zona es ideal para acampar, tanto por las fuentes de agua como por la topografía del terreno. Los precios de un trekking, dependiendo de la duración y del circuito, oscilan entre $ 50 y $ 100 por día y por persona.
Los Gigantes es un excelente destino para las caminatas, pero mucho mejor aun lo es para practicar rappel y escalada en la roca. De hecho, el lugar es considerado uno de los mejores del país para estos deportes, junto con los cerros Catedral y Fitz Roy en la Patagonia. El sitio que atrae la mayor cantidad de escaladores de paredes de roca (y no de montañas) es el cerro de la Cruz, cuyo escarpado muro casi liso alcanza los setenta metros de altura. Y lo primero a tener en cuenta es que, a pesar de lo que parezca a simple vista, cualquier persona sin experiencia y con un buen estado físico puede ascender esa pared, al menos hasta una altura respetable. La escalada en la roca se realiza sin otra ayuda que las manos y los pies, más un arnés con una soga doble de seguridad atada a dos pernos clavados en la cima (la soga en verdad sólo se usa para bajar o en caso de resbalón).
A 92 kilómetros de la capital cordobesa –cerca de la localidad de La Cumbre, en el Valle de Punilla– existe un gran mirador natural que es quizás el lugar más famoso del país para la práctica de vuelos en parapente. Aquí las corrientes térmicas que llegan desde el noroeste por encima de una larga planicie chocan contra la escarpada pared de un cerro y se elevan convirtiendo los parapentes en un juguete del viento. Tan bueno es este mirador de Cuchi Corral que en 1999 se realizó aquí una fecha de la Copa de Mundo de este deporte. En Cuchi Corral hay varios prestadores que realizan vuelos en biplaza para turistas, donde un experto piloto se ocupa de hacer todo el trabajo. Simplemente hay que tener un poco de paciencia hasta que llegue el viento indicado y lanzarse a imitar el arte de los pájaros, colgados de un rabo de nube. Volar en parapente en un vehículo biplaza cuesta alrededor de $ 140. Más información en la Escuela de Parapente de Cuchi Corral. Tel.: (03548) 494017 - 15-6-31095.
El otro gran polo de turismo aventura en Córdoba es el cerro Champaquí, ubicado en el Valle de Calamuchita. Y hay muchas formas de ascenderlo: en la comodidad de una camioneta 4x4 con una excursión de día completo, caminando, o a caballo. Una de las formas más audaces de ascender los 2884 metros de altura del Champaquí es con un trekking de tres días desde Villa Alpina, pernoctando en los refugios instalados en la base del cerro ($ 200 por persona). Y también hay una cabalgata que se realiza desde La Cumbrecita y dura también tres días ($ 300 por persona).
La excursión más popular es la que se realiza en 4x4 porque es más rápida, más cómoda y más barata. Parte desde la localidad de Santa Rosa de Calamuchita y cuesta entre $ 60 y $ 100 por persona. El sinuoso camino asciende hacia el pueblo de Villa Yacanto, en medio de uno de los últimos relictos puros de flora autóctona del monte cordobés, conformada por talas, molles y espinillos. Cada tanto puede aparecer algún zorro gris o una vizcacha cruzando el camino, y los aires están poblados de pájaros como la monjita –un ave blanca muy pequeña con la punta de las alas negras–, varias clases de zorzal, el pájaro carpintero negro con cabeza roja, y numerosos aguiluchos color marrón claro que descansan sobre los alambrados.
Al llegar a Athos Pampa –una pampa de altura–, la vegetación desaparece y a lo lejos se divisa un kilométrico pinar. Pasando Villa Yacanto, con sus casas desperdigadas, se toma un empinado y seguro camino de tierra al borde de espectaculares precipicios. Mucha gente sube en autos comunes, pero lo recomendable es un doble tracción. Los numerosos manantiales que se descubren en el trayecto invitan a parar la marcha y beber sus refrescantes aguas. Al avanzar por el filo de la sierra, a más de 2800 metros de altura, se puede contemplar toda la extensión del Valle de Calamuchita hasta las Sierras Chicas. Y también el de Traslasierra y una llanura perfecta de 40 kilómetros de ancho que parece emparchada con retazos cuadrangulares de distintos tonos de verde, según la clase de cultivo. Muy abajo se divisa el pueblo de Yacanto de San Javier, similar a Villa Yacanto.
En el cerro Lindero se deja la camioneta para iniciar la ascensión a pie hasta la cima del Champaquí, el cráter de un volcán inactivo donde brilla un pequeño lago cuyas aguas brotan de las rocas. El paisaje, con los dos valles más hermosos de Córdoba, uno a cada lado, se asemeja a un mar de rocas de oleaje gris asediando el cerro. Sólo resta recostarse sobre una piedra gigante –a 2884 metros de altura–, y contemplar el suave vuelo de un majestuoso cóndor, justo sobre la línea del horizonte.
En Córdoba hay una gran cantidad de ríos, embalses, lagunas y arroyitos encajonados entre las montañas con pozones de agua cristalina, donde hay una buena pesca de truchas y pejerreyes. El lago San Roque, en Villa Carlos Paz, es uno de los mejores lugares para pescar pejerreyes, junto con el dique Los Molinos y los alrededores de Cruz del Eje y Medina Allende. Se pesca tanto desde costa como embarcado, y la caña puede tener las clásicas líneas de flote de tres boyas o, como prefieren los pescadores locales, usar aparejos armados con líneas paternóster o balancín para que las carnadas ganen hundimiento, ya que los pejerreyes se desplazan en cardúmenes por lugares profundos.
La pesca de truchas es la otra alternativa en las zonas serranas, y las especies introducidas aquí son la arco iris y la fontinalis, especialmente en los ríos y arroyos. El porte de las truchas es pequeño –un promedio de un kilo–, y los mejores lugares están en los alrededores de Santa Rosa de Calamuchita y la Cumbrecita. Otra buena zona está en las afueras de Tanti, en los ríos Yuspe, Calderón y Malambo. Las técnicas que se utilizan son la pesca con mosca y el spinning. La temporada de pesca comienza a principios de octubre y termina a fines de abril o mediados de mayo. Todas las truchas deben devolverse vivas al río; sólo se puede pescar con señuelo artificial y está prohibido el anzuelo triple o robador. Para adquirir las licencias de pesca se debe llamar a la Agencia Córdoba Ambiente. Tel.: (0351) 434-3310. Sitio web: www.cordoba [email protected])
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux