TURISMO BONAERENSE SIERRA DE LA VENTANA
Desde el poblado de Villa Ventana, una visita al Parque Provincial Ernesto Tornquist para recorrer la Sierra de la Ventana y su famoso mirador natural. Excursiones y aventuras por uno de los ambientes naturales mejor conservados del territorio bonaerense.
› Por Julián Varsavsky
Villa Ventana es un pueblito de calles de tierra arboladas con agradables complejos de cabañas, campings, casas de té y talleres de artesanos donde se vive principalmente del turismo. Por su ubicación, sirve de base para una variedad de salidas de trekking y cabalgatas por el Cordón de Ventania. Estas excursiones permiten conocer uno de los ambientes naturales mejor conservados de la provincia de Buenos Aires, cuyo eje es el Parque Provincial Tornquist, que resguarda en sus 6000 hectáreas una muestra del castigado pastizal pampeano, poblado por 200 clases de aves y especies amenazadas como la mulita, el puma y el guanaco.
AL “HUECO DE LA VENTANA”El punto culminante de una excursión a las sierras es llegar a la famosa ventana natural que la acción del viento y el agua fue abriendo a lo largo de millones de años en la pared del fondo de una cueva. Para visitarla se debe ingresar al parque desde la Ruta 76, a siete kilómetros del pueblo de Villa Ventana.
El recorrido completo hasta La Ventana requiere de cinco horas de caminata exigente aunque sin mayores complicaciones. Para poder subir hay que registrarse en las oficinas del centro de guardaparques antes de las 11 de la mañana, ya que luego de ese horario no se permite el ascenso por la extensión del circuito. El trayecto hasta el “hueco de La Ventana” tiene diez estaciones. El tramo más exigente y empinado es el primero, y su flora no es autóctona sino implantada del Hemisferio Norte, como los pinos y cipreses. Incluso otras especies, como los eucaliptos, fueron traídas desde Oceanía.
A partir de la primera estación ya no hay más árboles. Y a medida que se asciende empieza a aparecer la fauna local, en primer lugar alguna de las dos tropillas de guanacos que habitan en el parque, las únicas que quedan en la provincia. En el suelo de este sector también se encuentran vestigios fósiles de fauna marina, ya que hace millones de años las aguas cubrían estas tierras. Con los profundos cambios geológicos, el lecho marino se elevó y se convirtió en la ladera de una montaña (Estación Dos).
Entre la flora sobresale un llamativo arbusto conocido como pino plateado o llantén, que les sirve de camuflaje a los zorros. Este arbusto, que crece entre las grietas y los roquedales secos, es una especie endémica que no existe en ningún otro lugar de la Tierra, salvo en la franja entre los 550 y 750 metros de altura en estas sierras, a las que tapizan con un tinte gris.
A partir de la Estación Ocho el vasto panorama abarca todo el parque provincial, parte del Cordón de Ventania y el cerro Tres Picos, que con sus 1244 metros de altura es el mayor de la provincia. Aquí se distinguen claramente dos ambientes: el pastizal pampeano y el ambiente rocoso de altura. Entre las rocas habita otra de las especies endémicas llamada iguana de cobre, un pequeño reptil inofensivo y confiado que a veces se puede observar alimentándose mientras se prepara para pasar el invierno oculta e inactiva a resguardo del frío. Pero en las alturas hay otros anfitriones un poco más visibles como el águila mora, el piquito de oro y el aguilucho serrano.
Al llegar a los 1130 metros aparece la imponente ventana que con sus ocho metros de alto por cinco de ancho encuadra toda la belleza del paisaje. Desde esa altura los visitantes pueden ver las dos laderas montañosas y admirar el panorama... aunque un viento inclemente alborote las cabelleras y los sentidos.
GARGANTAS DE PIEDRA El circuito hasta La Ventana lo puede realizar cualquier persona de más de ocho años con ganas de caminar y subir –bastante– sin necesidad de un guía, por senderos bien demarcados. Pero existen también otros circuitos de mayor sencillez como La Garganta Olvidada, en cuya pared de roca se realizan prácticas de rappel y escalada. El sendero de este circuito bordea un curso de agua seco que finaliza en una especie de garganta. Allí, desde una pared montañosa, brotan hilos de agua formando caídas de poco caudal.
Un paseo de dos horas de caminata tranquila que parte de la base de la sierra lleva a otro sector muy visitado llamado Los Piletones. En el trayecto se atraviesa un hermoso pinar y se desemboca en un arroyo que se convierte en unos posones muy llamativos. Y por último existe el circuito Garganta del Diablo, que avanza por los faldeos de la sierra para internarse en la profunda quebrada de un arroyo. El sendero avanza entre enormes paredes de roca cuarcítica y desciende hasta un sector denominado El Balcón, donde hay una caída de agua de 15 metros y dos grandes piletas naturales formadas por un arroyo encajonado entre dos paredes verticales.
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