Domingo, 17 de septiembre de 2006 | Hoy
GRAN BRETAÑA > CASTILLOS EMBRUJADOS
Las tierras de Gran Bretaña están sembradas de castillos que han engalanado sus salones para abrirlos al turismo. El reacondicionamiento para recibir a los huéspedes viene acompañado por escalofriantes historias de los fantasmas de la realeza que los pueblan. Una propuesta para quienes se atrevan a pasar la noche entre ruidos de cadenas y espectrales apariciones de reyes, duques y lores de tiempos embrujados.
Aunque Shakespeare inmortalizó al fantasma del padre de Hamlet rondando las almenas del castillo dinamarqués de Elsinore, los castillos británicos no se quedan atrás en cuanto a los huéspedes de ultratumba que vagan por sus torres y salones. Y como el turismo no deja de lado ningún atractivo por más terrorífico que sea, en Gran Bretaña existen circuitos de castillos embrujados donde el visitante podrá vivir in situ historias de aparecidos y hasta recrear aquel ruido de cadenas del desconcertado y desconsolado Charles Laughton en el film El Fantasma de Canterville, basado en el relato de otro genial escritor inglés, Oscar Wilde.
VisitBritain, el Ente Nacional de Turismo de Inglaterra, Escocia y Gales (www.visitbritain.com) ha elaborado el siguiente inventario de castillos con fantasmas muy reales, ya que todos son espectros de reyes, duques y lores.
El Castillo de Windsor, una de las principales residencias de la realeza británica y el castillo deshabitado más grande del mundo, reúne a muchos fantasmas en lo que acaso sea la más grande colección de espectros de toda Inglaterra. Construido originariamente por Guillermo el Conquistador en 1066, se dice que Isabel I, Carlos I y Jorge III han sido vistos reiteradamente vagando por sus salones.
Declarada la ciudad con más fantasmas en el mundo por la Ghost Research Foundation International –una organización mundial dedicada a la investigación de fenómenos paranormales–, York y su pasado violento pueden resultar una manera interesante de aprender historia, o bien un modo escalofriante de despertar en medio de la noche bañados en sudor frío. Cada calle, cada habitación, cada edificio parece embrujado en esta ciudad, que tiene casi 150 fantasmas reconocidos oficialmente y más de 500 filmaciones de presencias sobrenaturales.
En las Tierras Altas de Escocia, cerca del campo de batalla de Culloden, se encuentra el Castillo Stuart, que data de 1625, año en que el tercer Conde de Moray completó su construcción. Seguramente quedó tan orgulloso de su obra que ni la muerte lo pudo hacer dejar su castillo. Cuentan que su espectro invita a los huéspedes a pasar la noche en un dormitorio embrujado en lo alto de una escalera de caracol.
El Real Mary King’s Close, con sus callejones oscuros y angostos y sus túneles y habitaciones interconectados, es un verdadero laberinto del terror. Ubicadas debajo del edificio del City Chambers (Ayuntamiento) de Edimburgo, estas callejuelas con sus siglos de historia están plagadas, dicen, de fantasmas como pocos lugares en Escocia. De estos “espectros y seres terroríficos sin nombre”, el primero del que se tiene registro data de 1685.
En la zona rural de Angus, el Castillo de Glamis, que en un tiempo fue el hogar de la reina Isabel y de la Reina Madre, es conocido como uno de los castillos más embrujados de Escocia. Siglos atrás, la joven y bella Lady Glamis fue acusada de bruja por el rey Jaime V y quemada en la hoguera en 1537. Su fantasma aún ronda de noche por el castillo. El cuarto Conde de Crawford es otra de las presencias aterradoras del lugar. Dicen que habita el cuarto donde jugaba a las cartas con el demonio.
El Castillo de Fyvie, ubicado en Aberdeenshire, es una construcción del siglo XIII. Característico por sus torres y ventanas abuhardilladas, fue propiedad de distintas familias ricas, muchas de las cuales dejaron su huella en el lugar. Se rumorea que cobija a muchos fantasmas, incluido el de la “Dama de Verde”. Según dicen, el nombre de esta mujer, Lillias Drummond, a quien su marido Sir Alexander Seton dejó morir de hambre, apareció grabado en el alféizar de la ventana del dormitorio que éste compartía con su nueva mujer. El fantasma sigue recorriendo el castillo y su nombre aún puede verse escrito en la ventana.
Dicen que en el Castillo de Cardiff, en Gales, vive el fantasma del segundo Marqués de Bute. Se lo ha visto caminar entre las llamas de la chimenea de la biblioteca, salir de este cuarto traspasando una pared de casi dos metros de ancho, desplazarse por un corredor y luego atravesar la pared de la capilla para finalmente entrar en la habitación donde murió. A las 3:45 de la madrugada, las luces se encienden y se apagan, y las pesadas puertas del comedor principal del castillo se abren y se cierran solas.
A ocho kilómetros del Castillo de Cardiff se encuentra el Castell Coch. Este castillo de ladrillos rojos tiene el privilegio de alojar al fantasma de la Dama de Griffiths, cuyo joven hijo cayó dentro de un pozo de aguas oscuras, sin fondo, en los alrededores del castillo y jamás fue encontrado. Desconsolada, la dama murió de pena, pero aún hoy vaga incansablemente por el castillo y por los bosques que lo rodean.
Cuenta la leyenda que la “Dama de Verde” vuela de torrecilla a torrecilla tan libremente que en el Castillo de Caerphilly, de Cardiff, los niños del pueblo una vez estuvieron a punto de atraparla. Soldados fantasmas patrullan las almenas del castillo y el personal de seguridad ya no se atreve a subir a la torre donde flamea la bandera porque ahí se huele inexplicablemente el perfume de aquella dama.
En Denbighshire, al norte de Gales, el Castillo de Bodelwyddan acumula testimonios de la presencia de una dama vestida con ropa victoriana en la galería de las esculturas, de un soldado de otra época apostado en una de las galerías, de siluetas misteriosas que se desplazan por los pasillos y de una dama con un vestido negro y una cofia, en el salón de té. Hogar de la familia Williams durante alrededor de 200 años, este castillo también fue una escuela de señoritas antes de convertirse en una mansión histórica que alberga colecciones de arte de la National Portrait Gallery, esculturas de la Royal Academy y muebles del Victoria & Albert Museum.
Una joven habita el ala norte del Castillo de Gwydir, en Llanrwst, Conwy, y se la ve recorriendo el pasillo revestido en madera entre la Hall of Meredith th y la Great Chamber. A menudo, una caída brusca de temperatura y un olor especial dan cuenta de la presencia de fantasmas. También se han reportado apariciones espectrales de niños que lloran, perros, una pequeña dama isabelina vestida de amarillo y una procesión nocturna de antorchas por la Great Terrace. Con tantos espectros dando vueltas por ahí, no debe ser muy placentero pasar la noche en este inocente bed & breakfast.
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