Domingo, 17 de diciembre de 2006 | Hoy
SANTA CRUZ > EXCURSIONES EN EL CHALTEN
En pleno Parque Nacional Los Glaciares, una visita a El Chaltén para navegar el Lago del Desierto, realizar un asombroso trekking hasta el glaciar Torre –en lo alto de la montaña– y cruzar navegando el Lago Viedma, donde se camina sobre el glaciar del mismo nombre, tres veces más grande que el Perito Moreno.
Por Julián Varsavsky
A 225 kilómetros al norte de El Calafate, El Chaltén es un idílico poblado cordillerano con casas de techo a dos aguas, encerrado en un valle glaciario que semeja un gigantesco anfiteatro de piedra con sus alturas nevadas. Casi desde cualquier punto del pueblo se observa el severo perfil del Fitz Roy (3448 metros), con su filoso pico de granito apuntando hacia el cielo como una flecha gigante.
El pueblo se declaró capital nacional del trekking por la variedad de caminatas que abarcan una serie de complejidades que alcanzan para dejar satisfecha a toda clase de viajeros. Algunas de esas excursiones son simples caminatas que las puede realizar cualquier persona sin mayor esfuerzo ni guía. Y existen también alternativas extremas como la Vuelta al Hielo Continental, una travesía de seis días que ingresa 90 kilómetros en el Campo de Hielo Sur, un virtual viaje al tiempo de las glaciaciones.
Antes de ingresar al pueblo todos los pasajeros del autobús que une El Calafate con El Chaltén –y los autos particulares– tienen que descender del vehículo y visitar un centro de interpretación de la seccional norte de los guardaparques del Parque Nacional Los Glaciares, donde se le indica al viajero que ha ingresado a un ecosistema muy frágil donde tendrá que cumplir una serie de reglas muy estrictas para atenuar el daño de la visita sobre el ambiente, en especial durante las actividades de trekking.
EL GLACIAR VIEDMA Una de las excursiones más completas y deslumbrantes que se realizan en toda la Patagonia es la que combina la navegación por el lago Viedma para caminar sobre el glaciar del mismo nombre. El paseo comienza todos los días a las 9 de la mañana en temporada alta –de octubre a abril– desde el puerto de Bahía Túnel, 17 kilómetros al norte de El Chaltén. El Huemul es una embarcación con ventanales panorámicos y capacidad para 42 pasajeros que parte con rumbo sur por las aguas diáfanas del Lago Viedma, originado de los deshielos en los diversos glaciares de la zona. A su vez, el lago desagota sus aguas por el río La Leona, que alimenta el Lago Argentino.
En el panorama de este valle glaciario cuyo centro es el lago, sobresalen los picos de los cerros Fitz Roy y Huemul. Los bosques que se levantan desde la costa son parte de un “área de reserva estricta” para preservar a un ciervo autóctono llamado huemul, que está en peligro de extinción.
Cuando se llega al llamado Cabo de Hornos la embarcación hace un viraje hacia el oeste y aparece de repente la pared de 2,5 kilómetros de ancho por 50 metros de alto del glaciar Viedma, cuya superficie total es de casi 1000 kilómetros cuadrados, el triple de tamaño que el famoso Perito Moreno.
A la hora y media de viaje se desembarca en un promontorio de extrañas rocas con formas onduladas y superficie lisa, sobre las que se inicia una corta caminata. El guía explica que las rocas quedaron así como resultado del paso del glaciar. Se debe tener en cuenta que un metro cúbico de hielo pesa 910 kilos y que hace unos 20.000 años –en el momento más frío de la última glaciación– la espesura de los glaciares llegaba a los mil metros de altura. Por eso no sorprende a nadie que semejante presión alise la piedra. El sector por donde se camina fue abandonado por el glaciar hace pocos años en su retroceso (actualmente estamos en un período interglaciario, cuando los glaciares retroceden). En su momento de avance, en cambio, la fuerza inconmensurable de los glaciares se abría paso entre las montañas formando los valles glaciarios que ahora se encuentran por centenares en las zonas cordilleranas de la Patagonia.
Mientras los viajeros se colocan trabajosamente los grampones para caminar sobre el hielo del glaciar Viedma, los guías le explican al grupo que el glaciar se encuentra gran parte del año a una temperatura de fusión (derretimiento), es decir que su espesor se adelgaza entre 3 y 5 metros cada dos años. Y lo más curioso es que en algunos sectores el agua está a una temperatura menor a cero grado, y sin embargo las condiciones atmosféricas la mantienen en estado líquido.
Con los grampones recién colocados la ansiedad de los viajeros es incontrolable. Los primeros pasos de experimentación son algo torpes –como de robot–, tratando de clavar las dentadas suelas bien profundo en el hielo. Y al caminar sobre la superficie del glaciar uno tiene la sensación de estar avanzando sobre una especie de laberinto blanco absolutamente irregular, donde extrañas formaciones se suceden deparando una sorpresa distinta a cada paso. Según los guías la topografía del paisaje cambia todos los días. De una jornada para la otra aparecen y desaparecen lagunas y arroyitos que caracolean entre las paredes de hielo. Las formas del hielo pueden ser perfectamente geométricas –por ejemplo una pirámide que parece cincelada por la mano del hombre–, o totalmente onduladas según los caprichos del viento y los rayos del sol.
Un fenómeno muy curioso –y algo tenebroso– es el de los sumideros, que son profundos hoyos azules en la superficie del glaciar que miden entre tres y diez metros de ancho y tienen una profundidad que va desde los tres hasta los 40 metros, llegando hasta la base misma del glaciar. El origen de estos sumideros es por lo general una piedra –a veces muy pequeña– arrastrada por el hielo, cuya superficie queda expuesta al sol. Y como las superficies oscuras captan el calor mucho mejor que el refractario hielo, al calentarse la piedra va derritiendo el hielo por debajo y comienza a hundirse. Las rocas más grandes generan sumideros más grandes, aunque en verdad éstos se profundizan cuando algunos de los incontables pequeños cursos de agua que se forman sobre el glaciar pasa justo por encima de un sumidero y comienza a agrandarlo. A veces estos cursos de agua se convierten en verdaderas cascadas que horadan el glaciar hasta su base de piedra.
Las grietas son la otra formación que aparece todo el tiempo sobre el glaciar, llegando a medir hasta 30 metros de profundidad. Por lo general son muy angostas y por eso se las puede cruzar por arriba sin mayor peligro. Y cuando son muy anchas se las evita por un costado.
En los bordes donde termina el glaciar están también los aleros, que son como techos de hielo bajo los cuales uno puede caminar unos pasos. Pero el lugar más asombroso de un glaciar son los efímeros túneles de hielo que cavan los pequeños cursos de agua. Como aparecen y desaparecen de manera azarosa, encontrarlos supone la fortuna de atravesar las entrañas del glaciar por esa especie de gélidos socavones que suelen tener un metro y medio de alto, y una boca de entrada con otra de salida, separadas por unos ocho metros de largo.
En el microcosmos blanco de un glaciar también hay vida. Allí habita por ejemplo la andiperla willinqui, un insecto de dos centímetros con seis patas y antenitas en la cola que vive tanto en el agua como en la superficie, a donde sale de noche brotando de los sumideros y las grietas. Además hay algas y otras clases de microorganismos.
AL CERRO TORRE La otra gran excursión que se realiza desde El Chaltén es un trekking de 30 kilómetros por la montaña hacia el cerro Torre, donde se camina sobre el glaciar del mismo nombre. Si bien la experiencia de la caminata sobre el glaciar es similar a la del glaciar Viedma, tanto una como la otra excursión valen la pena ya que los caminos hasta cada glaciar son muy distintos (de las caminatas sobre el hielo alcanza con hacer una sola).
Si el viajero va a realizar el trekking hasta la Laguna Torre sin caminar sobre el hielo, puede hacerlo sin guía, simplemente siguiendo los carteles en los senderos. Y quienes vayan a realizar la excursión completa deben contratar los servicios de una empresa de servicios.
El primer tramo de este trekking de exigencia media es el más trabajoso, ya que se va subiendo la ladera montañosa por cómodos senderos entre bosques de lenga y ñire. A las dos horas de caminata se llega al campamento base Thorwood, muy cercano a la Laguna Torre, donde hay baños, carpas y se ofrece un refrigerio a los caminantes. En el camping los guías les colocan arneses a los que siguen hasta el hielo, y una vez recuperado el aire los aventureros siguen camino hasta el nacimiento del río Fitz Roy, que se cruza con la técnica de la tirolesa. A partir de allí comienza una espectacular caminata bordeando casi completa una gran hoyada con el lago Torre abajo. En una hora se llega al glaciar y entonces todo el mundo se coloca los grampones para caminar sobre el hielo, una experiencia similar a la del glaciar Viedma, con la diferencia de que aquí se practica escalada sobre una pared de hielo. La caminata sobre el hielo dura tres horas y a partir de ahora las alternativas son regresar a El Chaltén esa misma tarde o pernoctar en el sofisticado camping.
Una excursión relajada, sin esfuerzo físico y con paisajes espectaculares, es la navegación que se realiza por el Lago del Desierto, a 37 kilómetros de El Chaltén. El lago, con 12 kilómetros de extensión, se atraviesa de lado a lado mientras a lo lejos se observa el glaciar Huemul en lo alto de una montaña. Junto a la costa –y subiendo por las laderas–, se desarrolla a pleno el bosque andino-patagónico, compuesto principalmente por tres especies de árboles muy parecidos entre sí. Al ñire se lo reconoce por su tronco retorcido y por crecer hasta los 15 metros de altura, por lo general cerca del agua. Los árboles de lenga tienen su angosto tallo bien recto y liso, proliferando en las laderas hasta los 1200 metros. Y el guindo, por su parte, tiene un tronco de 70 centímetros de diámetro y se eleva hasta los 40 metros, por lo general en valles amplios.
En la otra punta del lago se desembarca para realizar una breve caminata hasta el Mirador Centinela, con una imponente vista del lago con el Fitz Roy de fondo. En este lugar hay un puesto de Gendarmería donde en 1965 hubo un enfrentamiento militar con una avanzada de carabineros chilenos que terminó con la muerte de un teniente del país vecino. Este lago fue hasta 1984 parte de un litigio internacional entre Argentina y Chile. Por esa razón, para reafirmar la soberanía, se fundó El Chaltén en 1985. Al final de la navegación se puede volver directamente al pueblo o quedarse a almorzar en un elegante parador dentro del Fitz Roy Adventure Camp, donde se ofrece una picada con embutidos regionales y un menú gourmet.
Cómo llegar: El Chaltén Travel tiene dos micros diarios que en temporada alta (de octubre a abril) unen El Calafate con El Chaltén. El precio del pasaje ida y vuelta es de $ 90. Esta empresa también une El Calafate con San Carlos de Bariloche. Los micros salen los días impares desde El Calafate y El Chaltén, continuando por la famosa Ruta 40 hasta la localidad de Los Antiguos, desde donde se puede visitar la famosa Cueva de las Manos ($ 215). Para hacer esta última excursión hay que quedarse dos días en la localidad de Perito Moreno. Luego se toma otro micro hasta Bariloche ($ 180). www.chaltentravel.com
Cómo moverse: La empresa Patagonia Aventura ofrece la navegación con trekking sobre el glaciar Viedma ($ 210). www.patagonia-aventura.com
La navegación por el Lago del Desierto cuesta $ 35. www.fitzroyexpediciones.com.ar
El trekking con caminata sobre el glaciar Torre es ofrecido por Fitz Roy Expediciones y por Chalten Travel ($ 190).
El mínimo ideal para recorrer El Chaltén son cuatro días, aunque todo varía de acuerdo a la complejidad y variedades de trekking que el viajero tenga interés en realizar. Las excursiones más importantes son la navegación por el lago Viedma (que con el trekking sobre el glaciar lleva un día completo), el trekking a la laguna Torre (también de un extenuante día completo), la navegación por el Lago del Desierto (medio día) y el trekking al Lago de los Tres (día completo). Para una visita somera al lugar, haciendo sólo las actividades relajadas como las navegaciones y algún trekking corto, alcanzan tres días completos.
Dónde alojarse: La Hostería Kalenshen ofrece cabañas cuádruples por US$ 75. En la hostería la habitación doble cuesta US$ 100. www.kalenshen.com.ar
Dónde informarse: Centro de Información Turística de Santa Cruz en Buenos Aires. Suipacha 1120. Tel.: 4325-3098 / 4325-3102 www.epatagonia.gov.ar
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