Las joyas de la corona
El símbolo máximo de la monarquía parecen ser sus joyas. En ellas depositan todo el valor simbólico de su pretendida grandeza y su exhibición ante los súbditos y el mundo cobra un rol fundamental en el mantenimiento del prestigio real. En el cuartel Waterloo de la Torre de Londres, se guardan las joyas de la corona de Inglaterra, el mayor tesoro de la reina, acumulado a partir de la restauración monárquica de 1660. Allí están Las Trompetas de Plata del Estado, las túnicas utilizadas durante las coronaciones, la Gran Espada del Estado y la Corona Imperial decorada con piedras preciosas y un gran rubí sin cortar entregado por Pedro “El Cruel” al Príncipe Negro en 1367. Pero la pieza más famosa es el Cetro del Soberano, que posee el mayor diamante cortado del mundo, llamado Cullinan: 530 quilates y el tamaño de una pelota de cricket.