Largamente abandonado a su suerte, el castillo de Tiffauges –conocido por su más célebre y tenebroso habitante, Gilles de Rais, que pasó a la historia con el nombre de Barba Azul– hoy invita a sumergirse en los misterios de la Edad Media. El propio Gilles de Rais (es decir, su versión caracterizada para la ocasión) recibe a los turistas, en la torre del castillo, para iniciarlos en una sesión de auténtica alquimia en busca de la piedra filosofal. Para reponerse de la experiencia se puede asistir en otro sector del castillo a una exhibición sobre las técnicas de asedio y los progresos militares a lo largo de la historia. Espadas, armaduras y tiros verdaderos de las antiguas máquinas de guerra reviven un tiempo que quedó definitivamente atrás.