Hace un par de años, Petra volvió a ser objeto de la atención de los arqueólogos cuando se encontró dentro de una cueva de la zona una serie de pinturas murales cuya antigüedad se estima en 2000 años. De estilo helénico, una restauración de más de tres años permitió sacarlas a la luz y mostrar una belleza y calidad que las hace semejantes a las pinturas romanas de los primeros siglos de nuestra era. Así volvieron a cobrar vida imágenes de plantas, aves e insectos recreados con magníficos colores, junto a imágenes cotidianas de la vida en la “ciudad de piedra”.