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Recostada sobre los imponentes cerros de la Cordillera que corona el majestuoso Aconcagua, en Mendoza el invierno también es una época propicia para pasar unas vacaciones recorriendo algunos de sus valles. Cacheuta, Potrerillos, Uspallata, Puente del Inca, Las Cuevas, Villavicencio, Vallecitos o El Salto son lugares donde pareciera que la naturaleza se prodigó en distancias y alturas, en las que el turismo de aventura encuentra su terreno ideal para hacer trekking, rafting, mountain bike, escalada o cabalgatas. Desde la capital mendocina se pueden definir distintos rumbos como, por ejemplo, recorrer 80 kilómetros por la ruta nacional 40 para llegar al valle de Uco. Allí están Tupungato, Tunuyán y San Carlos, lugares en los que el visitante podrá conocer los senderos de montaña por donde transitó el general San Martín después de la campaña libertadora. Siguiendo ese rumbo se llega a San Rafael, la segunda ciudad de la provincia, rodeada por 100.000 hectáreas de viñedos y frutales, donde el visitante encontrará lugares como el Cañón del Atuel y los embalses de Valle Grande, Los Reyunos, Agua del Toro y El Nihuil, en los que no sólo podrá desplegar toda su pericia en la práctica del turismo de aventura sino también sentir el placer de probar los famosos vinos premiados internacionalmente que se producen en la zona.