Caracas está totalmente envuelta por la cadena montañosa El Avila, cubierta hasta la cima por selváticos bosques tropicales. El Avila fue declarado Parque Nacional y se lo visita llegando con el espectacular teleférico Warairarepano, que sube hasta los 2000 m.s.n.m. y ofrece desde la cima una vista de Caracas de un lado y el Caribe del otro. Lo ideal es ir a almorzar, ya que arriba hay varios restaurantes. Uno es una sucursal de la Red de Areperas Socialistas, donde se exhiben las tradicionales arepas que comen los venezolanos todos los días –rellenas con toda clase de ingredientes a elección– y que se venden al valor equivalente a un dólar (con dos arepas se almuerza muy bien). También están los restaurantes La Cima y Cumbe, este último especializado en cocina venezolana con tradición africana. Un pequeño pulmón verde dentro mismo de la ciudad, junto a la estación de Metro Chacao, es La Estancia, una antigua casona donde se molía cacao que ahora tiene hermosos parques arbolados donde la empresa petrolera Pdvsa organiza toda clase de conciertos gratuitos y actividades culturales casi todos los días. Los sábados a las cuatro de la tarde y los domingos a las once de la mañana hay conciertos gratuitos de muy buena calidad.