A 17 kilómetros de Puerto Madryn se alza el cerro más elevado de la región, con una altura que supera los 100 metros. Asombra por la variedad de colores pastel, que se modifican con la exposición de luces y sombras del día, y por ser un sitio privilegiado para observar delfines en época de avistaje. “También se pueden ver ballenas en el camino, desde mediados de mayo”, agrega Juan Domínguez mientras conduce la 4x4 a través de una ruta de arena arcillosa, rodeada de fauna salvaje y vegetación patagónica.

La excursión en 4x4 tiene una duración aproximada de dos horas y media, cargada de subidas y giros que aportan adrenalina a un viaje en el cual la tierra, el viento y el mar se funden en un paisaje mágico. Desde el centro de la ciudad se emprende camino por una ruta rodeada de arbustos bajos con hojas espinosas. Luego de una parada en el cerro Punta Este, un médano móvil formado por el viento, se circula por un camino que bordea la costa, desde donde se divisan los restos del Folías, un barco alemán que naufragó en estas aguas cristalinas en la década del ‘80 y se utiliza hoy para prácticas de buceo. Luego se llega a la Playa Paraná, la preferida por los habitantes de Madryn para escapar del gentío de las playas del centro durante el verano y para pescar diferentes ejemplares marinos.

Finalmente, el Cerro Avanzado aguarda con su forma cónica de colores amarillos y marrones a los visitantes que podrán ver la inmensidad del mar azul. Desde allí se puede tener una perspectiva completa del Golfo Nuevo, con Puerto Pirámides al norte, la ciudad de Madryn al oeste, y Punta Ninfas hacia el este. Juan Domínguez, conductor y guía en esta aventura, recomienda hacer este paseo durante las noches sin luna, cuando las estrellas invaden el cielo y alumbran la velada aportando una mística especial a la naturaleza patagónica, que puede combinarse con una picada marina a la orilla del mar.