Delicias patagónicas
A pesar de ser un pueblo pequeño, Aluminé ofrece al viajero una amplia variedad de comida regional de alta calidad y a precios accesibles. Un verdadero clásico del lugar es el restaurante La Posta del Rey, ubicado frente a la plaza principal. El plato inevitable es el cordero patagónico al asador ($ 9) o con salsa chutney (sauco y mosqueta) y papas noisette ($ 10,50). El otro plato importante es la “trucha Aluminé”, sin espinas y rellena con verduras, rociada con una salsa de crema y acompañada con puré de manzana ($ 12,50). Y como alternativa está la “trucha Villa Pehuenia”, cocinada al grillé con aceto balsámico y limón.
La Chocolatería es otro de los imperdibles de la gastronomía de Aluminé. Sus dueños –Marta y Horacio Legar– son dos verdaderos sibaritas que saben disfrutar los sabores de la vida y vuelcan toda su creatividad en la cocina. Hace dos años decidieron mudarse de Bariloche a Aluminé, apostando al potencial turístico del lugar a mediano plazo. Por la tarde, La Chocolatería funciona como casa de té, y los viajeros llegan atraídos por la fama local de su repostería centroeuropea. El strudel de manzana con crema caliente, canela, pasas y ralladura de limón es una de las opciones más solicitadas. Pero también están la torta de ciruela, ricota y el lemon pie ($ 4 la porción). La otra especialidad de la casa es la elaboración de chocolate y bombones rellenos con dulce de frutilla, higo y guinda. Además están por lanzar una original línea de chocolates sin relleno, pero adobados con especias como el ají, el jengibre y la pimienta. Por la noche, La Chocolatería se convierte en un restaurante donde se puede pedir un suculento calzone napolitano ($ 12) o de atún ($ 16). Dirección: Calle Rim 26.
En la calle Benigar 241, el restaurante Patagonia se especializa en pastas caseras como ravioles, canelones, sorrentinos y tallarines ($ 6) y tartas vegetarianas de calabaza, choclo y arvejas ($ 2). Quien desee saborear una buena parrillada puede ir al restaurante Aonikenk (calle Regimiento 4 de Caballería s/n). Allí una parrillada completa con tenedor libre, ensalada y papas fritas cuesta $ 8.
Probablemente no haya comida más autóctona en la zona que los platos elaborados con el piñón de la araucaria, uno de los alimentos tradicionales de los mapuches. Mary Escoda, si bien no es mapuche, nació y se crió en la comunidad de Loncoluán, perteneciente a dicha etnia. Ella y su familia trabajan preparando productos en base a las semillas de este fruto. Por un lado hacen café con la semilla molida tostada, que luego pasan por un filtro dando como resultado una bebida algo más suave que el café de cacao. También elaboran licores de piñón y alfajores con harina preparada con la semilla rallada. Los productos se consiguen en el Hotel Pehuenia o en la casa de Mary Escoda (Tel.: 02942-496175).
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