Las preguntas se incluyen en el proyecto de ley que fue aprobado este miércoles por el gobierno vasco y que el jueves será enviado al parlamento de la región para su votación probablemente el 27 de junio.

"¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta su voluntad de forma inequívoca de poner fin para siempre a la violencia?", será la primera pregunta, indicó en conferencia de prensa el presidente de ese ejecutivo, Juan José Ibarretxe.

"¿Está usted de acuerdo en que los partidos políticos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco, y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?", propondrá la segunda.

La consulta popular del 25 de octubre de 2008 y la de 2010 forman parte de una propuesta que defiende Ibarretxe, perteneciente al Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado), que quiere que acepte el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

El gobierno español se opone a la celebración de estas consultas regionales por estimar que van en contra de lo estipulado en la Constitución española.

La semana pasada Zapatero volvió a rechazar la propuesta en un encuentro con Ibarretxe, quien advirtió que a pesar de esta negativa, seguirá con sus planes de celebrar la consulta de octubre.

Hoy el gobierno reiteró que recurrirá la consulta ante el Tribunal Constitucional, ya que "pretende alterar la vida en el País Vasco", en palabras de la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado.

El parlamento vasco debe aprobar en junio el proyecto de ley del gobierno de la región, para el que Ibarretxe dijo esperar "un sí rotundo".

Este plan pretende no sólo que el gobierno español acepte las decisiones que tome la región sobre su futuro, sino también reconocer la identidad nacional vasca y de la llamada Euskal Herria -que incluiría el actual País Vasco, Navarra y el País Vasco francés- y crear un órgano institucional común para el País Vasco y la región de Navarra.

El objetivo es "la paz" en el País Vasco a través del fin de la violencia de la organización independentista armada vasca ETA, que en 40 años de lucha en favor de la independencia de la región ha matado a 823 personas.

ETA, que integra la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE), reanudó su ola de atentados tras el fin de una tregua de algo más de un año, en junio de 2007, en la que el gobierno español intentó sin éxito negociar el fin de la violencia, y desde entonces ha matado a cuatro personas.

El plan también pretende "alcanzar un acuerdo de todos los partidos políticos sobre el derecho a decidir del País Vasco en todos los ámbitos de autogobierno" para "mejorar el nivel de bienestar" y convivir en libertad, explicó Ibarretxe.

Según el presidente vasco, el acuerdo que regula las atribuciones de la región, el llamado estatuto de autonomía de Gernika, aprobado hace casi 30 años, no lo ha cumplido el gobierno español.

El gobierno de Zapatero está a favor de ampliar el autogobierno vasco, pero a través de los canales legales, que implican que la reforma estatutaria la apruebe primero el parlamento regional y posteriormente las cámaras españolas, al igual que en varias regiones españolas en los últimos cuatro años.

Ibarretxe ya presentó en 2005 una propuesta de autogobierno que fue rechazada por el Congreso español.