Vie 01.08.2008

23:45  › CRIMEN DE CAMPANA

El último detenido afirmó que los hijos están muertos

Cristian Fernández, el último de los detenidos por el asesinato del matrimonio Mansilla, al entregarse les comunicó a los investigadores que los hijos de la pareja fueron asesinados y sus cadáveres arrojados en Altos Los Cardales.

Según los voceros, Cristian Fernández se declaró inocente y reveló que en su casa escuchó que a Agustín y Milagros los mataron por "bronca personal" y que "los tiraron un poco antes" de donde fueron hallados los cadáveres de sus padres, Marcelo Mansilla y Sandra Rabago, a la vera de la Ruta Panamericana en el partido de Campana.

Efectivos de la Policía Científica, de Caballería y de la Departamental Zárate-Campana comenzaron a rastrillar esta tarde los alrededores de la autopista entre los kilómetros 58 y 60, por orden del fiscal del caso, Marcelo Pernice.

No obstante, continuaban las investigaciones en un descampado de la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown, donde esta tarde fue hallado el cadáver de un niño.

Cristian Fernández es hijo de Angel Antonio Fernández, quien ya estaba detenido junto a Jesús Osvaldo Cáceres, por el crimen del matrimonio Mansilla.

Respecto al móvil del caso, fuentes de la investigación informaron que los Mansilla habían declarado como testigos por el robo a una quinta cercana a la casa donde el matrimonio vivía en el Barrio Frino de José C. Paz e involucraron a estos sospechosos.

Fernández padre estaba con arresto domiciliario con monitoreo electrónico, mediante una pulsera electrónica que, al parecer, no funcionaban, ya que varios testigos lo vieron fuera de su vivienda en reiteradas oportunidades.

"Lo cierto es que esta persona estaba con pulsera y era visto fuera de su casa todo el tiempo", dijo hoy el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, y reconoció que se investiga si la pulsera se la colocaba a su hijo de nueve años y si existe un método para desactivarla.

Los voceros dijeron que Angel Fernández había sido condenado en 1991 a 25 años de cárcel por una violación seguida de muerte por el entonces Juzgado de Instrucción 7 de San Martín.

Sin embargo, el 2 de julio de 2007, el Tribunal Oral Criminal 3 de San Martín le otorgó a Fernández el beneficio de cumplir una prisión domiciliaria monitoreada por pulsera magnética.

Por su parte, Cristian fue detenido el 22 de enero del 2005 por robo calificado y portación de arma de guerra y beneficiado con un arresto domiciliario por el Tribunal Oral 2 de San Martín, que ordenó que sea monitoreado por una pulsera electrónica igual que su padre.

Cristian Fernández logró escapar por los techos anoche cuando los detectives de la Subdelegación de Investigaciones de José C. Paz allanaron la casa de su padre. Respecto de Cáceres, los investigadores aún aguardan los datos sobre sus antecedentes. Los investigadores llegaron ayer a la casa de los Fernández luego de escuchar a testigos que afirmaron haber visto en esa casa de la calle Velázquez 3864 de Los Polvorines, el auto Volkswagen Polo que el miércoles apareció calcinado en esa misma localidad.

Los pesquisas encontraron tres elementos incriminatorios: los electrodomésticos robados en la casa de las víctimas -un DVD y una computadora-, un rollo de cinta de embalar idéntica a la que utilizaron los asesinaos para vendar y maniatar al matrimonio y ropas manchadas con sangre que fueron enviadas a laboratorio.

Los bomberos y la Policía Científica iniciaron anoche excavaciones en un chiquero con tierra removida ubicado en el fondo de la casa de los Fernández ante la sospecha de que pudieran estar los cadáveres de los nenes, pero no los hallaron. Masilla y Rabago y sus hijos fueron vistos por última vez el miércoles 23 de julio por la noche.

Al día siguiente, a la mañana, un familiar escuchó al auto de Mansilla salir de la casa del Barrio Frino a gran velocidad y desde entonces no se supo nada del paradero de la familia hasta que el martes pasado fueron encontrados los cadáveres del matrimonio en un baldío al costado de la Panamericana, a la altura del kilómetro 60 del Ramal Campana, en la localidad de Alto Los Cardales. Los forenses determinaron que fueron asesinados a hachazos en la cabeza en ese lugar y que llevaban muertos entre 72 y 96 horas. Desde entonces la pesquisa se centró en la búsqueda de los dos hijos de la pareja, que hasta el momento no aparecieron.

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