Seis personas murieron en el lugar del hecho, mientras que una séptima falleció luego de ser internada junto a otras cuatro personas en el hospital de la ciudad, informó la agencia rusa Interfax.

El presidente de la república separatista, Eduard Kokoity, acusó a los servicios secretos georgianos de haber organizado el ataque y afirmó que algunos de los muertos eran civiles. "Los últimos actos demuestran que Georgia no renunció a la política del terrorismo de Estado. No tenemos dudas de que estos actos de terrorismo fueron realizados por servicios secretos georgianos", declaró Kokoity.

Según el mandatario regional, estos episodios "hacen fracasar los esfuerzos de la comunidad internacional para estabilizar la situación en la región y obstaculizar el plan de paz Medvedev-Sarkozy".

El mandatario osetio se refirió así al plan de paz propuesto por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, para lograr un cese del fuego entre Rusia y Georgia tras la incursión de fuerzas de Tiflis en Osetia del Sur en agosto pasado que motivó una invasión rusa al territorio georgiano.

El atentado sucede dos días después de que los observadores enviados por la Unión Europea comenzaran su labor en Georgia para verificar que se cumpla el acuerdo de cese del fuego que puso fin al conflicto armado.

Tras negociar con las tropas rusas desplegadas en Georgia, los observadores recibieron permiso el último miércoles para ingresar en la "zona tapón" establecida en torno a Osetia del Sur.

Los 350 observadores de la UE, la mayoría de ellos policías, también tienen la tarea de verificar la retirada de las tropas rusas de las "zonas tapón" creadas en torno a Osetia del Sur y Abjazia y a posibilitar el retorno de los refugiados georgianos a sus aldeas situadas dentro de esa zona surosetiana.