Grassi dijo hoy antes de ingresar a los Tribunales de Morón que "no hubo denuncia contra la fundación, sino que se trató de una "presentación" de la Vicaría por un niño que hizo "una especie de representación para llamar la atención".

El obispo Horacio Benites Astoul, vicario del barrio porteño de Belgrano, y representante de la escuela Santa Teresa, recurrió el 26 de septiembre pasado a la Defensoría número 4 de Menores para denunciar un episodio en el que intervino la justicia.

El cura negó que se trate de un hecho de abuso sexual y que lo que surgió de la intervención del Defensor de Menores en la sede del hogar de Chacarita, fue que "al ver los legajos, la justicia encontró situaciones entre otros chicos".

Según Grassi, ese hogar está controlado por hermanas y por gente que cuida a los chicos y señaló que este tipo de situaciones pueden irse de control pero "no hubo imputación contra algún adulto de la fundación o contra la fundación misma. Eso tiene que quedar clarísimo".

Por su parte, Juan Pablo Gallego, abogado de la querella, señaló, antes de la audiencia, que un testigo ayer dijo que Grassi decidía destinar a otros fines algunas sumas de dinero que se habían recaudado para ayudar a personas necesitadas.

"El testigo, que lo acompañó en esa primera etapa de su trabajo con menores, mostró otra característica de su personalidad, al contar que disponía de esos fondos para lo que él quería", explicó Gallego.

Grassi, en cambio, señaló que fue un testimonio "mentiroso", y que no lo acusó de nada concreto y añadió que "ese tema no tiene que ver con la causa".

La audiencia de hoy comenzó con el testimonio de Guillermo Verdún, un empleado de la Fundación Felices los Niños, que conoció algunos detalles de la cotidianeidad del cura en la institución.