Aunque los partes meteorológicos apuntan que es posible que los fuertes vientos cesen en pocas horas -avanzan por algunas zonas a 63 y ya no a 130 kilómetros por hora-, los bomberos continúan trabajando a destajo en los distintos focos que vienen declarándose desde el pasado jueves, informa el diario El Mundo de España en su edición on line.

El incendio de Sayre, que se originó durante la madrugada del viernes en una zona forestal cerca de Sylmar, al norte de Los Ángeles, destruyó unas 3.900 hectáreas y cientos de casas.

Los bomberos lograron contener alrededor del 30% de las llamas en esta zona.

"Estamos a merced del viento. La madre naturaleza no ha sido muy buena en las últimas 15 horas", dijo el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa. Hasta ahora, 11 personas resultaron heridas en la región.

En tanto, William Bratton, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, explicó que existe la preocupación de que algunos de los residentes de mayor edad no fueran capaces de escapar al siniestro.

Otro brote de incendio acechaba el sureste de Los Ángeles el sábado en los condados de Orange y Riverside, devorando amplios territorios en las comunidades de Yorba Linda, Brea, Anaheim y Corona. Unas 3.000 hectáreas y más de 100 casas han resultado dañadas o destruidas.

En Anaheim, por ejemplo, 12.600 personas recibieron la orden de evacuar, mientras que a otras 10.000 se les solicitó que abandonaran sus hogares en Sylmar, según explicaron funcionarios.

Los bomberos aún estaban luchando con llamas que persisten después de dos días en el enclave de celebridades de Montecito, un poco más hacia la costa cerca de Santa Barbara, donde 210 viviendas quedaron destruidas.

El incendio en la comunidad apodada como la "Riviera de Estados Unidos" se encontraba controlado en cerca de un 60%, según una portavoz.

El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, declaró el estado de emergencia en la localidad de Santa Barbara y otras zonas al norte de Los Ángeles.

Schwarzenegger recorrió Santa Barbara en el mediodía del sábado para establecer el alcance de la catástrofe y dijo que, hasta los incendios, la localidad era uno de los lugares más hermosos que había visto, pero "cuando uno recorre el lugar que fue destruido parece un infierno".