Lun 08.12.2008

20:12  › VIRGEN DE LA INMACULADA

Según el Papa, la culpa de todo la tiene la libertad

El papa Benedicto XVI aseguró hoy, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, en la festividad de la Virgen de la Inmaculada, que el mal tiene una "evidencia aplastante" en todo lo que nos rodea, y que el mal procede del "drama de la libertad" que Dios le otorgó al hombre.

"La existencia de lo que la Iglesia llama 'pecado original' es desgraciadamente de una evidencia aplastante y basta mirar a nuestro alrededor y, ante todo, dentro de nosotros para darse cuenta", explicó el Papa.

Según el Pontífice, "la experiencia del mal es tan consistente", que hace que los creyentes se hagan preguntas como: "De dónde procede todo este mal?".

El papa Joseph Ratzinger explicó, entonces, que el mal procede del "drama de la libertad" que Dios dio a los hombres por amor.

Esta consideración, sirvió al Papa para introducir la figura de María Inmaculada, "elegida entre todas las mujeres para crear el camino hacia la santidad y la victoria sobre el pecado".

Benedicto XVI expresó hoy su preocupación por los inmigrantes, por las familias que tienen problemas para llegar a fin de mes y por los desocupados, y pidió solidaridad "para colmar las cada vez mayores diferencias sociales" y construir una sociedad más justa y solidaria.

El Pontífice, de 81 años, lo manifestó ante el monumento a la Inmaculada Concepción que se alza en la plaza de España de Roma, al que acudió, siguiendo la tradición, para rendir homenaje a la Virgen en la festividad del 8 de diciembre.

Benedicto XVI colocó un gran cesto de rosas blancas ante la estatua coronada por la imagen de la Virgen y afirmó que las rosas indican el amor y la devoción por la Madre, a quien se le regalan flores y se le confían las preocupaciones, "seguros de encontrar en ella la fuerza para no abatirse y seguir adelante".

"No hay rosas sin espinas", afirmó el Obispo de Roma, que precisó que las espinas son las dificultades, los sufrimientos, los males que han marcado o marcan a las personas o la comunidad.

"Virgen Inmaculada, en este momento quisiera poner en tus manos a los más pequeños, los niños, y sobre todo a aquellos que están gravemente enfermos, a los muchachos con problemas y a los que sufren las consecuencias de situaciones familiares difíciles", manifestó el Papa.

El Pontífice expresó asimismo a María su preocupación por los ancianos que viven solos, los enfermos, por los "los inmigrantes a los que les cuesta adaptarse, por las familias que tienen problemas y por las personas que no encuentran trabajo o han perdido un trabajo indispensable para salir adelante".

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