En tanto, la principal querella del juicio por la tragedia de Cromañón pidió esta tarde que el cantante de Callejeros, Patricio Santos Fontanet, sea condenado a 26 años de prisión por "estrago doloso seguido de muerte en calidad de coautor" en concurso real con "cohecho activo como partícipe necesario".

El pedido ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 24 porteño fue realizado por el abogado José Iglesias, quien le atribuyó al acusado haber incentivado el uso de bengalas y no haber detenido el recital.

Los abogados querellantes José Iglesias y Beatriz Campos también pidieron hoy 13 años de prisión para Raúl Villarreal, colaborador principal de Chabán en Cromañón, por ser partícipe secundario de los delitos de estrago doloso seguido de muerte y de cohecho activo.

Los letrados dijeron que Villarreal era un "socio menor" de Chabán que permitía "en exceso" el ingreso de personas a las que además no se revisaba para evitar que accedieran con pirotecnia.

La abogada Beatriz Campos, quien integra junto con su colega José Iglesias una de las cuatro querellas, describió la noche de la tragedia como una co-organización entre Chabán y los miembros de la banda Callejeros, mediante participación en los gastos y reparto de las ganacias.

Tenían un acuerdo similar a los que se usaban en la mayoría de los recitales de rock en aquel momento, insistió, al poner en un plano de igualdad en el armado de la noche de la tragedia a gerenciador y músicos.

A ambos adjudicó, así, la responsabilidad por una cantidad de gente que al menos triplicaba los 1.031 espectadores permitidos, ya que 2700 entradas se vendieron en un local comercial destinado a tal efecto y 315 se expendieron en las boleterías de Cromañón.

Pero además, Campos citó relatos de testigos que dijeron haber visto a la mano derecha de Chabán, Raúl Villarreal, rematando un remanente de entradas cuando ya estaba colmada la capacidad de la discoteca.

Campos trazó a modo de hipótesis, y basada sobre diversos relatos e incluso la propia palabra de Chabán, que la noche de la tragedia había unas 6.000 personas en Cromañón. Villarreal fue incluso acusado de haber ordenado el cierre de los portones de acceso cuando el recital estaba a punto de comenzar.

La primera parte del alegato reconoció que la tragedia sedesencadenó porque alguien del público arrojó pirotecnia contra el techo, pero esos fuegos artificiales ingresaron al local por fallas en los controles, pese a que Campos admitió que pretendieron ser exhaustivos.