Hussein Rassam, un alto analista de la representación británica, dejo sentirse "bien y feliz de regresar a casa" al ser recibido por su esposa y su abogado al salir de la famosa prisión de Evin, en el norte del país.

Rassam -que fue arrestado junto a otros 8 funcionarios de la sede diplomática británica el 29 de junio- fue liberado tras el pago de una caución de alrededor de 71 mil euros, y seguirá siendo procesado bajo el cargo de atentado a la seguridad nacional.

El empleado diplomático era acusado, así como la embajada británica en su conjunto, de estar implicado en las recientes protestas en Teherán surgidas tras conocerse los resultados de las elecciones del 12 de junio, calificadas de "fraude" por los opositores.

Los otros ocho detenidos fueron liberados rápido, pero Rasam permaneció tres semanas en la cárcel, periodo en el cual las autoridades iraníes le acusaron, de atentar contra la seguridad del país, informó la agencia DPA.

Las relaciones entre Londres y Teherán, ya tensas antes del episodio, se agravaron tras el arresto y Londres expulsó también a dos funcionarios iraníes de la isla.