El presidente constitucional, Manuel Zelaya, aseguró que la noche del miércoles se entrevistó también con "un representante del gobierno de facto", a quien no quiso identificar, en lo que denominó como el inicio de un proceso "muy positivo" de diálogo nacional.

"No avanzamos nada por la posición tan inflexible que tienen los miembros del gobierno de facto", dijo Zelaya, pero calificó el encuentro como "positivo".

"Mel" afirmó que "van a a empezar a venir (a la embajada) diferentes personalidades del sector privado y de los partidos políticos", aunque no adelantó detalles sobres estos encuentros.

Tras reunirse con Zelaya, el obispo Pineda manifestó que había acudido a título personal porque muchos hablan de diálogo "y nadie toma la iniciativa".

Una misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), acompañada de su secretario general, José Miguel Insulza, viajará este fin de semana a Tegucigalpa para actuar como facilitadora de un diálogo que conduzca a la salida del conflicto.

En tanto, dos días despúes de la represión, el vocero del Ministerio Público del Gobierno de facto, Melvin Duarte, confirmó que al menos dos personas murieron en los incidentes registrados después del regreso de Zelaya el pasado lunes en las inmediaciones de la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Una de las víctimas es Francisco Alvarado, de 65 años, quien falleció tras un supuesto "fuego cruzado" entre la Policía y manifestantes, y el otro es José Jacobo Perdomo, de 18 años, quien murió de un balazo disparado por la policía al no obedecer la orden de detenerse en un control en San Pedro Sula, 243 kilómetros al norte de la capital, indicó Duarte. El portavoz agregó que "no tenemos ningún otro caso, pese a lo que se dice".

Por su parte, Zelaya afirmó que "tengo información de que más de diez personas fueron asesinadas ayer", sin que hasta el momento sus seguidores ni las autoridades hayan confirmado dichas muertes.