El estudio describe las conductas de abuso a los seguidores de la oposición que mostraron su disconformidad en las calles de Teherán.

"El gobierno iraní debe asegurarse que las denuncias de tortura, violaciones y asesinatos, entre otros abusos, deben investigarse de forma independiente", afirmó Hassiba Hadj Sahraoui, subdirector de AI en el Programa de Oriente Medio y el Norte de África.

Según el estudio, al menos 4.000 personas fueron detenidas en Irán en las protestas desatadas tras las elecciones, y al momento de escribir el informe, hasta 200 permanecían aún en prisión.

Por tal razón, AI solicitó al líder supremo, al ayatolá Alí Jamenei, que dos expertos en derechos humanos de Naciones Unidas visiten Irán para ayudar en las investigaciones.

"Hasta la fecha, las investigaciones anunciadas por las autoridades iraníes parecen haber estado más centradas en encubrir los abusos que en llegar hasta la verdad", denunció Hadj Sahraoui.

El informe incluye testimonios de detenidos durante las protestas, algunos de los cuales denunciaron haber sido presionados para abandonar el país. Uno de ellos asegura que estuvo 58 días preso en el centro de detenciones de Kahrizak, durante los cuales permaneció en un contenedor sin poder contactarse con su familia.

Otro detenido, Ali Kheradnejad, señaló que vio a un estudiante con sus ropas rasgadas y lleno de sangre y poco después supo que había muerto. Fue entonces cuando decidió hacer públicos estos abusos, a pesar de los riesgos.

Las autoridades iraníes, prosigue el organismo, establecieron dos vías de investigación en la crisis desatada tras los comicios, incluyendo el tratamiento de los detenidos: un comité parlamentario y un tercer comité judicial. Hasta ahora, las investigaciones no se hicieron públicas.