La evaluación positiva del gobierno ganó cinco puntos con respecto al último sondeo similar, realizado en agosto, y se vio favorecida por la elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016, según una de las dos encuestas elaboradas por Datafolha.

Según el otro sondeo, Rousseff -la jefa del gabinete de Lula- aumentó en seis puntos porcentuales su intención de voto, que llegó a 23 por ciento, y redujo la distancia que la separa de Serra, gobernador del poderoso estado San Pablo, que mejoró sólo un punto y reúne 37 por ciento de las voluntades.

La tasa de popularidad de la gestión de Lula no sólo es la más alta en lo que va de su administración sino la mejor desde 1990, cuando Datafolha comenzó a elaborar sistemáticamente esta medición.

Pese a la mejora en la percepción de la acción del gobierno, la imagen de éste sigue estando por debajo de la del propio Lula, cuya popularidad individual es superior a 80 por ciento, de acuerdo con otros sondeos recientes.

La encuesta de Datafolha revela que Lula cuenta con 20 por ciento de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre de 2010, aun cuando no podrá ser reelecto porque la Constitución se lo impide y él rehusó impulsar una reforma para poder sortear ese escollo.

Si bien los partidos aún no inscribieron sus postulantes, es un hecho que los principales competidores serán Rousseff -preferida por Lula- y Serra, sobre todo, en este último caso, luego de que su principal competidor interno, el gobernador de Minas Gerais, Aécio Neves, renunciara la semana pasada a su precandidatura.