Jue 21.01.2010

12:00  › FUE ASALTADO EN VILLA LUGANO

Un colectivero recibió un disparo en la mano

Un chofer de la línea de colectivos 150 fue baleado en una mano por un delincuente que lo sorprendió a bordo del transporte cuando llegaba a la terminal del barrio porteño de Villa Lugano. A raíz del episodio los compañeros de la víctima suspendieron durante varias horas el servicio.

Fuentes policiales informaron que, a raíz del hecho, los jefes de la fuerza de esa zona, los delegados de los choferes de esa línea y miembros de la empresa de transportes Tarsa mantuvieron conversaciones sobre las medidas de seguridad implementadas y las que falta llevar adelante, tras lo cual se levantó el cese de actividades.

El hecho sucedido esta madrugada tuvo como víctima a Roberto Tabbo (35), chofer de la línea 150 de la empresa Tarsa.

Según contaron los compañeros de la víctima y confirmaron fuentes policiales, cerca de la 1 de esta madrugada, el chofer llegó a bordo del colectivo a la terminal situada en Roca y Escalada y, al ver que ya no había nadie en la unidad, apagó las luces y se dirigió al galpón para dejar allí estacionado el colectivo.

"Fue al finalizar su trabajo, él observa que la unidad se encontraba sin ningún pasajero y atina a proceder como todos hacemos: apagar las luces y dirigirse al galpón a guardar", contó a la prensa un colectivero compañero de Tabbo.

Pero, según relataron las fuentes, cuando iba por Escalada un delincuente que aparentemente se hallaba escondido en el colectivo lo sorprendió al volante y lo amenazó con un arma.

"Sale una persona de atrás con un arma y agresivamente atina a sacarle las pertenencias. El compañero en ningún momento se resiste, le decía `tranquilo´ y le entrega todo pero como lo apuntaba mucho, él atina a levantar los brazos y el delincuente presiona el gatillo", relató el chofer.

Las fuentes informaron que un proyectil impactó en una de las manos del chofer, quien sufrió una lesión a raíz de la cual fue luego internado en el hospital Español, donde era asistido y se evaluaba si era conveniente o no operarlo.

Tras el ataque, el delincuente escapó, en tanto Tabbo se quitó la camisa, se realizó un torniquete en la mano y se dirigió hasta el galpón de la terminal, donde fue asistido por sus compañeros, que llamaron a una ambulancia.

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