Tras el salvataje financiero a Grecia, los países de la UE se comprometieron a reforzar el Pacto de Estabilidad que los une, con el objetivo de limitar los déficit públicos.

Para tal fin, Alemania propondrá mañana en Bruselas, el bloqueo de ciertas subvenciones europeas para los países que no controlen sus cuentas en rojo, una opción que ya había sido planteada hacia el interior de la Comisión Europea, y la suspensión durante al menos un año del derecho de voto del país en cuestión en las decisiones tomadas a nivel de la UE.

La elaboración de un procedimiento de quiebra para los estados endeudados es otra de las propuestas que el país pondrá sobre la mesa de debate entre ministros de Finanzas de la UE. Si no habla explícitamente de expulsión de la zona euro, los países concernidos no tendrían de facto más alternativa que salir de la Eurozona.

Si bien la intención de acordar en las medidas a aplicar en la Unión Europea de cara a la crisis por la que atraviesa, las grietas comenzaron a resquebrajar el bloque y las diferencias respecto a las maneras de controlar las cuentas empezaron a separar a sus integrantes. En ese sentido, Merkel amplió el grupo de destinatarios del mensaje "trabajar en forma conjunta ante la crisis" a todos los países que integran el denominado G20.

"Sería extremadamente frustrante" que todos los países del G20 no hicieran causa común, insistió la canciller, para luego proponer la creación de un fondo internacional financiado por los bancos que sirva para afrontar eventuales crisis en el futuro.