En un estadio donde Argentina se sintió local, el conjunto dirigido por Diego Maradona aprontó para arrasar, con cuatro llegadas clarísimas y un gol en sólo seis minutos de juego, cuando Gabriel Heinze se lanzó en palomita y convirtió de cabeza a un ángulo tras un córner ejecutado por Verón.

Fueron dos equipos los de celeste y blanco, y tal como se preveía por los nombres y el sistema táctico que Maradona eligió, el ataque fue una maquinita aceitada, sobre todo cuando Messi, la gran figura de la tarde, y Carlos Tevez se juntaron para hacer un circuito por momentos imposible de cortar por parte de las dos líneas de cuatro que puso Nigeria.

Pero el problema estuvo atrás, porque Jonás Gutiérrez perdió siempre con Ogbuke Obasi, que alternó como medio pero se le disparaba al Galgo con cada pelota cruzada, y Verón no ayudó en ese sector para tapar, perdiéndose en otros sectores del campo donde no se lo necesitaba. Lo mejor de la Brujita fue cuando se soltó para unirse en el hilván de juego, pero dejó desprotegido a Jonás, que no supo arreglárselas nunca.

De ello iba a tomar nota el técnico sueco Lars Lagerback para hacer dos cambios en el segundo tiempo y poner en peligro la victoria argentina.

Pero si los de Maradona no se fueron del Ellis Park con un triunfo más abultado fue porque Gonzalo Higuaín tuvo la pólvora mojada a la hora de definir, como a los 3 minutos, cuando se perdió un gol con el arco descubierto, o cuando Vincent Enyeama le tapó dos mano a mano.

El arquero nigeriano fue otro elemento de valor porque achicó el arco rival, sacándole también tres pelotas a Messi, dos de ellas que tenían foco en un ángulo.

Salvo en el gol, Messi intervino en todas las jugadas de peligro. Formó un buen tándem en el primer tiempo con Tevez, bajando uno de ellos a recibir, función en la que ambos cumplieron, y hasta Higuaín se asoció a la hora del toque, aunque falló en la definición.

Maradona armó un equipo ofensivo, y por momentos hubo una línea de cuatro atacantes, pero Angel Di María no logró instalarse en el juego, muy sobre la izquierda, perdido y sin llevar peligro a Odiah, custodio por ese lado.

En el segundo, Tevez se puso de punta con Higuaín pero perdió juego y sólo en una contra tuvo participación al asistir a Messi, que perdió ante Enyama.

Sobre el cuarto de hora de la etapa final, Lagerback mandó a la cancha a Oba Oba Martins y a Odemwingie, uno distribuyendo y exigiendo desde afuera, el segundo fue un dolor de cabeza para Jonás y en una de esas entradas tocó a Taiwo, que no convirtió por milímetros.

Con Verón perdido y Jonás sin poder hacer pie, Javier Mascherano se las vio en figurillas para frenar en el medio, por momentos como único tapón, pese a que enfrente tuvo a Lukman Haruna, uno de los dos cinco de buen pie y que había que tenerlo a tiro.

Maradona puede darse por conforme con lote y ejercicio de ataque y lo más lógico es que si juega así el equipo convierta muchos goles, pero también tendrá que evaluar qué hace atrás para el choque con Corea, y sólo con la confianza de que los dos centrales, sobre todo Samuel, brindan seguridad.