Al declarar hoy ante el Tribunal Oral Federal 5, que lo juzga junto a otros 17 represores, Pernías consideró además "un error y un horror” haber secuestrado y hecho desaparecer a las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon. Sindicado como torturador por los sobrevivientes del mayor centro de detención clandestino ubicado centro de la Ciudad de Buenos Aires, el ex marino pidió ampliar su indagatoria y volver a declarar luego de haberse negado a hacerlo tras la lectura de los autos de elevación a juicio oral donde constan las imputaciones. Pernías aprovechó ese derecho para negar enfáticamente haber participado en el secuestro de las religiosas en la Iglesia de la Santa Cruz, en diciembre de 1977, junto con el grupo fundador de las Madres de Plaza de Mayo, algo que había sido denunciado por varios testigos del juicio.

También aludió a sus funciones como interrogador mediante la aplicación de tormentos, procedimiento al que denominó "interrogatorios reforzados" que, según dijo, eran legales en Israel e Irlanda. "Pero no había ensañamiento, porque nosotros éramos personas de bien", afirmó en otro tramo de su declaración, que levantó murmullos de indignación entre los asistentes.

El juicio se inició el 14 de diciembre del año pasado y, por las audiencias, desfilaron ya más de un centenar de testigos, algunos a través de teleconferencia, dado que viven exiliados desde que fueron liberados de la ESMA.

En el banquillo de los acusados están, entre otros, el jefe de Inteligencia de la ESMA, Jorge "Tigre" Acosta; Alfredo Astiz, quien se infiltró en la Madres para marcarlas en el secuestro; Alfredo Donda Tigel, quien secuestró a su propio hermano, y hasta un ex canciller, el almirante Oscar Montes.

En el juicio oral son juzgados por 85 casos de delitos de lesa humanidad, incluisive el secuestro y la desaparición del escritor Rodolfo Walsh, de las monjas francesas y del grupo fundador de las Madres de Plaza de Mayo, que integraban Azucena Villaflor, Mary Bianco y María Esther de Careaga.