El mandatario volvió a pedirle a los miembros de ese pueblo originario en ayuno que depongan esa modalidad de protesta porque "la solución a la deuda con el pueblo mapuche se va a lograr con diálogo y no con violencia ni con huelgas de hambre".

"Quiero pedirles a los que están en huelga de hambre, que en el pasado atentaron contra la vida de otros compatriotas y que hoy día están atentando contra sus propias vidas, que depongan su huelga de hambre", consideró Piñera.

Piñera aseguró que en los seis meses de su gobierno se dialogó con "más de 500 comunidades en torno a dos grandes proyectos: el plan Araucanía y el reencuentro histórico".

El plan Araucanía prevé inversiones por cuatro mil millones de dólares en salud, educación e infraestructura, en tanto que para el "reencuentro histórico" Piñera anunció el envío en carácter de urgencia de una reforma constitucional que reconoce a los mapuches como pueblo.

Sin embargo, la vocera del gobierno, Ena von Baer, descartó hoy el diálogo directo con los mapuches, y sostuvo que el único espacio para el debate es el Parlamento, aunque manifestó que se está "recogiendo las preocupaciones que ellos han manifestado".

La posición fue respaldada, pese a algunas voces disidentes, por la mayoría de los parlamentarios oficialistas, minoría en el Poder Legislativo.

"La mejor mesa de diálogo es el Congreso", ya que "es ahí donde se expresa la democracia", dijo el presidente de la bancada de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Patricio Melero.

La decisión, en medio del temor de que varios mapuches mueran, fue criticada desde la oposición de centro izquierda y los indígenas en huelga de hambre.

"Se inician días cruciales y hay riesgo de un desenlace fatal. Los mapuches dicen que llegarán hasta el final (...) Estamos pidiendo una mesa de diálogo. Con esa mesa nadie se humilla", dijo el senador demócrata cristiano Patricio Walker.

"El gobierno no tiene voluntad de atender y solucionar nuestras demandas (...) Siguen atropellando y violando los derechos del niño mapuche", dijeron por su parte los menores Luis Marileo y José Ñirripil, presos y en huelga de hambre.

El presidente Sebastián Piñera, aunque eludió hablar de la mesa de diálogo, sostuvo que la actual crisis jurídica social es culpa del gobierno anterior, de la socialista Michelle Bachelet.

"Este es un problema que hemos heredado del pasado, no somos nosotros los que hemos causado este problema", al invocar la aplicación de la ley antiterrorista contra activistas mapuches, dijo.

Hasta ahora todos los partidos aceptaron introducir los cambios propuestos a la Ley Antiterrorista, incluida la conservadora y oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI), que inicialmente se opuso.