La oficina de Benjamin Netanyahu dijo en un comunicado que la retirada fue aprobada por ministros del gabinete y que los detalles finales del plan serán completados en discusiones con un comando de tropas de paz de la ONU en las próximas semanas.

La retirada de Ghajar podría resolver una disputa con el Líbano que recomenzó cuando Israel volvió a ocupar la parte norte de la ciudad durante la guerra contra el grupo islamista libanés Hezbollah del año 2006.

Aunque Israel mantendrá el control de la parte sur de Ghajar, la oficina de Netanyahu dijo que luego de la retirada, se garantizará que los habitantes de ambos sectores conserven la libertad de movimiento por el pueblo.

Netanyahu presentó el plan la semana pasada al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y se esperaba que fuera aprobado por su gabinete de seguridad, un grupo reducido de ministros que se encarga de decidir las cuestiones más delicadas.

Unas 2000 personas viven en Ghajar, que está situado en un estratégico rincón de disputada soberanía donde confluyen las fronteras de Siria, Israel y el Líbano. Sus residentes son miembros de la secta islámica alawita, a la que pertenecen también muchos miembros de la elite gobernante en Siria. La mayoría de los habitantes quieren que el poblado permanezca unido, cualquiera sea quien lo controle. Casi todos los pobladores adoptaron la ciudadanía israelí, lo que complica aún más la retirada militar.

Israel arrebató el poblado a Siria durante la guerra de 1967, cuando capturó las Alturas del Golán. Al término de los 18 años de ocupación israelí del sur del Líbano, en 2000, la ONU dividió Ghajar entre el Líbano e Israel, pero el Estado judío recapturó su parte norte en la guerra de 2006. En virtud de la tregua que puso fin al conflicto, Israel aceptó retirarse, pero quería garantías de seguridad para que el grupo Hezbollah no pudiera ingresar en el pueblo.