El juez Howard Riddle, que preside el proceso de extradición, estableció como condiciones para la liberación el pago de una fianza de 240.000 libras, el porte de un dispositivo geolocalizador y el cumplimiento de un toque de queda.

Al conocer la decisión, Assange, que iba vestido con el mismo traje azul marino de la semana pasada, levantó los pulgares en señal de victoria en dirección a sus abogados y a la prensa, mientras que en el exterior del céntrico tribunal de Westminster sus partidarios dieron gritos de alegría.

Sin embargo, la abogada que representa al Estado sueco, que reclama a Assange por un presunto caso de delitos sexuales, Gemma Lindfield, anunció a última hora de la tarde al juez de primera instancia de Westminster su intención de presentar un recurso que debe ser examinado por la justicia en un plazo de 48 horas.

Uno de los abogados de Assange, Mark Stephens, había anunciado inicialmente a la prensa reunida en el exterior de la corte que Suecia no iba a apelar la decisión de liberarlo, antes de indicar que hubo una "confusión en los mensajes" y que las partes volvían a estar convocadas en la corte.

El juez Riddle concedió horas antes la libertad bajo fianza con condiciones a Julian Assange, quien está encarcelado desde el 7 de diciembre en la prisión londinense de Wandsworth, los últimos cinco días en una celda aislada del resto de los presos.

Ese día se presentó voluntariamente en la policía, que lo detuvo en cumplimiento de una orden de captura europea emitida por Suecia para interrogarle por las denuncias de agresiones sexuales presentada por dos mujeres en ese país. Sus partidarios denuncian sin embargo un intento de silenciar al creador de WikiLeaks, cuya web empezó a publicar el pasado 28 de noviembre miles de documentos confidenciales de la diplomacia estadounidense.

"Mis convicciones no vacilan. Me mantengo fiel a los ideales que he expresado", había dicho Assange esta mañana en un breve comunicado dictado por teléfono desde la cárcel a su madre, Christine Assange, que se encuentra en Londres, para que se lo hiciera llegar a la televisión australiana Channel 7.

Assange habló, según su madre, de los ataques de activistas a páginas web de empresa que rompieron sus relaciones comerciales con Wikileaks. Tras su detención, la semana pasada, algunas páginas fueron atacadas por hackers como las de las empresas de tarjetas de crédito Mastercard y Visa, así como la del servio de pago PayPal.

"Sabemos que Visa, Mastercard y Paypal son instrumentos de la política exterior de Estados Unidos. Eso no es algo que no supiéramos antes", dijo Assange a su madre. "Pido al mundo proteger mi trabajo y mi gente de estas acciones ilegales e inmorales".