Los camaristas de la Sala I del tribunal Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah confirmaron la ampliación del procesamiento dictado contra Mónica González, ordenado en primera instancia por el juez federal Norberto Oyarbide quien tuvo en cuenta la "vinculación con Ciro James acreditada a través de una serie de contactos".

Respecto de la figura del "prevaricato" (fallar contra el derecho), los camaristas reconocieron que ello sólo es posible para el juez, aunque aclararon que como González era la secretaria letrada de Gallardo no está excluída de ser cómplice de los ilícitos. En el fallo, los magistrados indican que las comunicaciones entre González y James no eran "meros trámites sino intervenciones telefónicas alejadísimas del proceder habitual".

El documento concluye que los argumentos que "llevaron a descartar la posibilidad de que los jueces actuasen engañados conducen a una idéntica conclusión en relación a González" y "convierten a los contactos con el encargado de llevar a cabo estos trabajos irregulares en escenas altamente sospechosas".