"Los niños y los jóvenes son los que sufren más con la pobreza extrema", afirmó Rousseff en un pueblo del pobre y árido estado de Bahia (noreste). El anuncio del aumento de la ayuda que reciben 13 millones de familias de todo el país llega después de que el gobierno aplicara un radical recorte del gasto público, con un ajuste de 30.000 millones de dólares en el presupuesto, y de que el Ejecutivo se empeñara en moderar el aumento del salario mínimo.

El aumento de los programas sociales asciende a 19,4 por ciento en promedio, aunque la ayuda para los menores de 15 años aumentará hasta un 45,5 por ciento. Con ese incremento, el máximo que una familia podrá recibir asciende a unos 145 dólares (242 reales) por mes, y el promedio será de 70 dólares (115 reales).

La presidenta brasileña también anunció el lanzamiento de un Programa de Adquisición de Alimentos, a través del cual el Ejecutivo comprará productos de pequeños agricultores para abastecer a más de 14.000 entidades sociales.

La ministra de Planificación, Miriam Belchior, por su parte, insistió en que los recortes del presupuesto no afectarán a los programas sociales, aunque reconoció que el programa de subvención de viviendas "Minha casa minha vida", sufrirá una reducción de 3000 millones de dólares este año.