La Argentina obtuvo ante Rumania una ventaja ideal (2-0) en la primera jornada de la serie del Grupo Mundial de la Copa Davis, pero tiene entre algodones a su jugador número uno, David Nalbandian (19 ATP), prácticamente inmovilizado por una hernia inguinal.

El cordobés jugó a media máquina durante las tres horas y cuatro minutos del encuentro, con problemas para desplazarse y por momentos muy estático debido a una hernia que padece, cuyo destino quirúrgico parece inminente. El número uno argentino superó con oficio las dos primeras mangas pero se complicó en la tercera, cuando duplicó la cantidad de errores no forzados con respecto al capítulo anterior y perdió equilibrio a causa de su ansiedad por liquidar el partido.

En el tercer juego del cuarto set el Nalbandian quebró el servicio de su rival con un extremo esfuerzo físico para devolver una pelota sobre la red, y con sus gestos de dolor abrió una interrogante sobre sus posibilidades de continuar. El aliento del público lo mantuvo en pie. Sin embargo, el descontrol provocado por su urgencia en terminar con Ungur, le llevó a un doble desgaste. De todas maneras, el tenista rumano careció de recursos para aspirar a una victoria.

Mónaco, que suele bloquearse en su estilo muchas veces caótico, debió esforzarse para ganar el primer set, cosa que consiguió en el tie break frente a un rival afirmado en la cancha y muy concentrado, que en la segunda manga lo arrolló. Al comenzar el tercer set el público jugó un papel fundamental en el rendimiento del bonaerense, ya que con cánticos y ovaciones lo empujó a cumplir una de sus mejores actuaciones en la Davis. El motivo de su cambio de actitud fue reconocido por el propio tenista al finalizar el encuentro. Mónaco, con un impresionante menú de resoluciones frente a la red, no dio opciones a un Hanescu apabullado en las dos mangas finales. En las tres horas de juego de este choque el mejor tenista del actual equipo rumano se quedó tempranamente sin respuestas.

El tercer punto de la serie se disputará mañana entre los locales Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank y los rumanos Hanescu y Horia Tecau. No es seguro que Nalbandian pueda jugar el domingo, pese a que una hora después de su partido dijo que quiere esperar hasta mañana para tomar una decisión. Por la forma en que terminó el choque ante Ungur, no son pocos los que creen que en su lugar debería jugar Chela.