Este año la "batalla de las flores" está dedicada a "la africanidad", a los herederos de los primeros esclavos que llegaron al Nuevo Mundo en la época de la conquista española. Los más de un millón y medio de habitantes de Barranquilla, capital departamental del Atlántico, y los miles de turistas que visitan la ciudad carbeña recibieron la orden "a gozar" de parte de Marcela Dávila, reina del carnaval.

Sin tregua, desde el Rey Momo, hasta las marimondas, los garabatos y los congos se entregan a la diversión hasta el martes, cuando muera "Joselito Carnaval", quien muere por los excesos de la diversión, la parranda y el licor, y tras de sí deja una larga fila de viudas, que desfilan de negro y, con su llanto y sus lamentos, ponen fin a la fiesta.