Los soldados del dictador libio asaltaron Ras Lanuf, ciudad rica en petróleo, un día después de que efectivos fieles al régimen se escondieran en casas de aldeas periféricas.

Según informaron rebeldes y médicos a medios árabes en Bin Yawad, ciudad que los rebeldes intentan recuperar, murieron ocho insurgentes. Además, en los combates en la ciudad de Misurata perdieron la vida el domingo 18 rebeldes y más de 100 personas resultaron heridas. No hay información fiable sobre bajas del lado de Khadafi.

El comandante de los rebeldes en Misurata Salah Badi dijo que la ciudad lleva en calma desde las cuatro de la madrugada. Durante la noche las tropas de Khadafi lograron entrar en la ciudad con 42 vehículos militares y siete tanques.

Después de duros combates, los soldados leales al líder libio se retiraron, señaló Badi, quien aseguró además que dos tanques fueron destruidos. De acuerdo con el comandante rebelde, en los enfrentamientos murieron 24 soldados y mercenarios, 17 insurrectos y una niña de dos años.

Los rebeldes libios aseguraron al mismo tiempo que tomaron a 14 soldados como prisioneros en el marco de los combates en el oeste del país, aseguró un portavoz de la insurgencia a la televisión árabe Al Yazira. Según sus declaraciones, de los 14 soldados de la brigada Jamies, cuatro fueron llevados al hospital heridos.

Por otra parte, el diario "Al Sharq Al Awsat" denunció que Khadafi está repartiendo armas y munición a los jóvenes de sus filas en Trípoli para sembrar el caos en varios barrios.

Por otra parte, mientras los organismos internacionales revisan la situación del país africano y hacen sus primeros movimientos, el secretario general del Ministerio del Exterior libio, Yumaa Ibrahim, criticó duramente como "inaceptable e ilegal" los contactos de diplomáticos franceses y británicos con los rebeldes en el este del país, al considerar que el único interlocutor para los extranjeros debe ser el gobierno libio.

El ministro del Exterior libio, Mussa Kussa, accedió en la noche del domingo al envío de un equipo de la ONU a Trípoli, mientras el de la Unión Europea ya está de camino al país norteafricano, según informó la oficina de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.