Mar 22.03.2011

20:08  › UNA BRASA ARDIENTE QUE NADIE QUIERE RECOGER

Francia, que antes rechazaba la intervención de la OTAN, ahora reclama un mando político para su aventura militar

Ante las divergencias entre los aliados, París, que se oponía a que la OTAN participara de la Odisea del Amanecer reclama una "dirección política" de la misión que se apoye en el poder de fuego de la Organización del Atlántico Norte. El ministro de Asuntos Exteriores galo, Alain Juppé, adelantó que el presidente Nicolas Sarkozy formalizará su reclamo en la próxima cumbre de los aliados y la Liga Árabe, que ya empezó a poner objeciones acerca de la envergadura de las incursiones aliadas en el espacio aéreo de Libia. Mientras tanto, Alemania ordenó el retiro de todas sus tropas del Mediterráneo y Rusia pidió el cese de los ataques. En Trípoli, las baterias antiaéreas de las fuerzas leales a Khadafi no dan tregua.

Juppé, explicó ante la Asamblea Nacional en París que "a partir de esa dirección política y bajo la responsabilidad de nuestros ministros de Defensa, se utilizarán desde luego las capacidades de planificación y de intervención de la OTAN". La primera reunión se celebrará en los próximos días en Londres, Bruselas o París.

Su declaración se conoció después de que, en Bruselas, la OTAN cerrara su planificación técnica para ayudar a imponer la zona de exclusión aérea sobre Libia aprobada por Naciones Unidas, pero sin alcanzar un acuerdo sobre si va a participar en esa operación.

El ministro recalcó que la operación la llevan a cabo estados que no son todos miembros de la OTAN, y "por lo tanto no es una operación de la OTAN". Juppé sostuvo que la intervención será "breve", un deseo en el que coincide Francia con Estados Unidos.

El ministro insistió en que en el caso de Libia "no habrá intervención en tierra" porque la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU que abrió la vía a la creación de una zona de exclusión aérea sobre ese país no lo autoriza.

"Esa no es la cuestión", recalcó Juppé, quien se pronunció así en la misma línea que el primer ministro, Francois Fillon, quien en una declaración formal del Gobierno reafirmó que el despliegue de tropas sobre el terreno no está considerado en esta operación. Los objetivos son precisos, se dirigen a la "protección de la población civil" y excluyen el envío de tropas sobre el terreno, dijo Fillon.

Por su parte, el gobierno alemán retiró a todas sus fuerzas de las operaciones de la OTAN en el Mediterráneo después de que la alianza decidiera sumarse a las acciones de la coalición internacional en Libia, informó un portavoz del Ministerio de Defensa germano.

Dos fragatas y dos barcos con un total de 550 soldados serán puestos nuevamente bajo conducción nacional. Los 60 a 70 soldados alemanes que hasta ahora desempeñaban una misión de reconocimiento con aviones Awacs en la región del Mediterráneo serán retirados.

Además, Rusia, se abstuvo en la votación de la semana pasada en el Consejo de Seguridad de la ONU, pidió un alto el fuego inmediato en Libia y el inicio de negociaciones políticas, según declaró este martes el ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov, al recibir en Moscú a su homólogo estadounidense, Robert Gates.

"Pedimos que se haga lo necesario para que cese la violencia. Estamos seguros que el mejor camino para garantizar la seguridad de la población civil es un alto el fuego inmediato y el inicio del diálogo", apuntó el ruso.

Gates aseguró a su par ruso que cree que "la significativa lucha militar actual debería disminuir en los próximos días". El jefe del Pentágono agregó que su país hace "todo lo posible" para evitar víctimas civiles.

Mientras tanto, las baterías antiaéreas se han vuelto a oír esta noche en Trípoli, la cuarta desde que el pasado sábado comenzaron los ataques de la coalición internacional contra Libia, según informó la cadena qatarí Al Yazira desde la capital libia.

Los bombardeos de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y un puñado de países más de Europa comenzaron el sábado en virtud de una resolución de la ONU que autorizó "todas las medidas necesarias" para proteger a civiles de ataques de Khadafi, que enfrenta una rebelión iniciada el 15 de febrero pasado. Pero mientras que los bombardeos aliados pueden evitar que Khadafi ataque ciudades rebeldes, Estados Unidos se muestra reacio a ir más allá que ese mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y ayudar activamente a los sublevados a derrocar al líder libio.

El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo ayer que "es necesario que Khadafi se vaya" pero también prometió que el rol militar de su país se limitará a hacer cumplir con el mandato de la ONU, que se centra específicamente en la amenaza humanitaria que constituye el coronel Kaddafi para su propio pueblo", señaló.

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