18:45 › "REVOLUCIóN 2011"
Amar Qurabi, titular de la Organización de los Derechos Humanos local, denunció que al menos 22 personas murieron en Deraá, al sur del país, cuando el ejército y la policía reprimieron una manifestación que pidía la renuncia inmediata del presidente, Bashar al Assad. La protesta se extendió a las poblaciones de mayoría kurda, cuyos habitantes denunciaron que Damasco "intenta reducir la nación kurda a un puñado de tribus".
Por su parte, la televisión oficial transmitió imágenes de lo que calificaron como "grupos de vándalos armados" infiltrados en la protesta, a quienes responsabilizó de abrir fuego "contra multitudes de ciudadanos, agentes de seguridad y contra la policía". En contraste con lo que afirman los testigos presenciales, el balance oficial es de dos muertos, un policía y el conductor de una ambulancia, y decenas de heridos. Sin embargo, la oposición acusa por la represión de las fuerzas de seguridad.
La convocatoria a las manifestaciones de la jornada se hizo a través de Facebook, bajo la consigna "Revolución Siria 2011: Viernes de la resistencia". En Damasco, el gobierno alauí de al Assad cortó las telecomunicaciones, según la oposición, de mayoría sunita. Asimismo, en la ciudad de Homs, cientos de personas se lanzaron a las calles, tras la oración, reclamando más libertad, un día después de que el presidente destituyera al gobernador de la provincia del mismo nombre con el fin de distender la situación.
Las protestas se extendieron también a las zonas kurdas del país, un día después de que Al Assad ofreciera la nacionalidad siria a algunos integrantes de esa etnia. "El gesto de la ciudadanía sólo ayudó a encender las calles. La causa kurda es por la democracia, la libertad y la identidad cultural", explicó Hassan Kamel, miembro del Partido Democrático Kurdo de Siria. Activistas y testigos indicaron que miles de personas, principalmente jóvenes, marcharon por la ciudad de Qamishli (en el noreste), al grito de "ni kurdo, ni árabe, el pueblo sirio es uno" y "saludamos a los mártires de Daraá".
El dirigente Mohamad Ismail señaló que la reunión mantenida esta semana por Al Assad con miembros de las tribus kurdas contribuyó a incendiar los ánimos. "Las autoridades están intentando reducir la nación kurda a un puñado de tribus. La respuesta de la calle es un rotundo 'no'", afirmó Ismail. "Los kurdos forman parte del pueblo sirio. No detendrán la lucha con sus hermanos árabes contra el régimen para que levante las leyes de emergencia. No se dejarán engañar por la llamada ley antiterrorista en ciernes", agregó Massud Akko, un activista exiliado en Noruega.
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