Según publicó la agencia estatal siria, las afirmaciones de la funcionaria fueron "un acto provocativo que busca que la crisis interna continúe". Las declaraciones de Clinton surgieron luego de una protesta de simpatizantes de Assad que atacaron la embajada estadounidense en la ciudad capital. La funcionaria dijo que el gobierno no tomó las medidas necesarias para proteger la legación diplomática.

También fue atacada la representación francesa, ante la indignación de los manifestantes porque el embajador visitó la semana pasada la ciudad de Hama y expresó su apoyo a los opositores.

Mientras tanto, se desarrolla una ronda de diálogo nacional convocada por el gobierno con una declaración en la que se rechaza toda intervención extranjera en los asuntos internos sirios. Los participantes exigen la liberación de todos los presos políticos, incluyendo a los detenidos durante las protestas.

No obstante, el encuentro fue boicoteado sin embargo por importantes grupos opositores que alegaron que el gobierno tiene que dejar de reprimir primero las manifestaciones.

Según los grupos de derechos humanos, unos 1.400 civiles y 350 miembros de las fuerzas de seguridad murieron desde el comienzo de la represión contra las protestas antigubernamentales en marzo.