Después de dialogar con quienes exhibían telegramas de despedido, con la firma del exapoderado de Madres, Sergio Schoklonder, investigado por defraudación y malversación de fondos públicos, Bonafini se dirigió a los militantes que acompañaron la ronda de la jornada y oidió que las cuidaran: "Muchos de los que hoy reclaman, hace 35 años no sabían quiénes éramos ni qué significan nuestros pañuelos. Para algunos es un pedazo de trapo, pero para para nosotras es el abrazo de nuestros hijos y representa el amor, la entrega y la dignidad de luchar para todos".

Desde la cabina de una camioneta de Madres, Hebe pidió comprensión: "Somos mujeres de entre 80 y 90 años que estamos haciendo más de lo que podemos para cumplir con la solidaridad que nos enseñaron nuestros hijos". Poco después, dirigiéndose a quienes le exigían una respuesta a sus reclamos en ese mismo momento, la titular de la Asociación les respondió que "vayan a hablar con Schoklender, él fue quien los echó".

Al final de su discurso, Bonafini recordó que las Madres nunca habían cobrado "la recompensa económica" por la desaparición de sus hijos, y afirmó que estaba orgullosa de vivir "en la misma casa de siempre".