Durante la movilización de este mediodía, un grupo de manifestantes encapuchados se enfrentaron con los Carabineros cerca del Parque Almagro y el Paseo Bulnes, una zona residencial de Santiago. Si bien el recorrido de la manifestación había sido autorizado por el Gobierno, por la mañana la policía local detuvo a seis personas por levantar barricadas en distintas esquinas de la capital, hecho que se repitió en las primeras horas de la tarde.

Los encapuchados fueron repudiados por los miles de jóvenes que marcharon en paz por el centro de Santiago. Los ataques comenzaron luego de que desde un edificio arrojaran agua a los manifestantes. "Los violentistas no somos nosotros!!!", dijo en ese contexto la líder universitaria Camila Vallejo en Twitter, llamando a la calma a los estudiantes que acudieron a la movilización.

Algunos parlamentarios de la oposición destacaron que entre los violentos hay policías encubiertos que incitan a la violencia, como mostraron varios programas de televisión las últimas semanas. El diputado comunista Lautaro Carmona reveló que incluso la guardia del Congreso terminó protegiendo a uno de estos agentes, durante otra marcha en la ciudad de Valparaíso. "Eso confirma la debilidad de un gobierno que ejerce la autoridad a través de operaciones de inteligencia", sostuvo.

Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, contra quien la oposición levantó una acusación constitucional por proscribir las marchas la semana pasada, fustigó nuevamente los desmanes: "Los estudiantes no son los únicos que tienen derechos, el resto de los chilenos también los tienen".

Hinzpeter, quien es el político más cercano al presidente Sebastián Piñera, agregó que es hora de dar por finalizadas las movilizaciones, que luego de tres meses de protestas derrumbaron el apoyo al mandatario.

En ese sentido, la intendenta de Santiago, Cecilia Pérez, advirtió a los organizadores de la protesta que deben "hacerse responsable" de los resultados. "Siempre les he dicho uno no se puede solo hacer responsable en una convocatoria, sino que también tiene que hacerse responsable de los resultados, y por eso vamos a coordinar no solamente con Carabineros sino que con ellos mismos, que puedan irnos señalando cuando hay personas que no pertenecen al movimiento estudiantil", explicó.

Sin embargo, las marchas cuentan con el apoyo de un amplio sector de la sociedad, demostrado por las movilizaciones del viernes, cuando se realizó un cacerolazo en contra de las 870 detenciones y la represión policial, y del domingo en el parque Almagro, donde más de 50 mil se reunieron en apoyo a los universitarios y secundarios.

Mientras tanto, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, quien aún no logra acercar posiciones con el estudiantado, pidió encontrar una salida política a la crisis en el Congreso. "Lo que falta ahora es que todos esos elementos valiosos que han sido un triunfo de ellos (los estudiantes) se traduzcan en resultados", señaló.

Aunque el líder universitario Giorgio Jackson indicó que si bien hay puntos que pueden ser consensuados, el problema es que el gobierno no acepta discutir la existencia de lucro en la educación.