El informe del EMAE difundido es un anticipo provisional mensual que se utiliza para medir la variación trimestral del producto interior bruto (PIB), que creció en el primer trimestre del año un 9,9 por ciento frente al mismo período del año anterior. En 2010, el estimador había registrado un alza del 9,2 por ciento y que acumula ocho años de recuperación, tras la crisis económica y financiera de 2002.

Para 2011, la Ley de Presupuesto argentina proyecta un crecimiento económico del 4,3 por ciento, aunque el Gobierno espera para este año una expansión del 8,2 por ciento, según fuentes oficiales. Por otra parte, la previsión de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe para Argentina es de un crecimiento del 8,3 por ciento.

En cuanto al crecimiento de la actividad fabril, la fabricación de autos durante julio creció 20,1 por ciento, sumando desde enero un progreso de 23,2 por ciento. Mientras que la siderurgia mejoró en julio 11,2 por ciento, a partir de avances de 11,4 por ciento en la producción de acero cruzo y de 10,1 por ciento en aluminio.

Por otra parte, las empresas dedicadas a la fabricación de materiales para la construcción mostraron un adelanto de 7 por ciento en el mes en estudio. Este resultado fue producto de un alza de 9,1 por ciento en cemento, 7,5 por ciento en materiales para la construcción y 2,9 por ciento en vidrio. A su vez, la industria alimenticia tuvo un leve progreso de 0,4 por ciento, por movimientos mixtos.

Además, la industria textil mejoró 3,1 por ciento y la de papel y cartón 9,4 por ciento. La producción petrolera creció en julio 0,3 por ciento y en el año bajó 4,5 por ciento. Esta situación en parte explica la faltante de combustibles frente a una demanda creciente.